2024-07-08 18:00:18
Europa respira más tranquila tras la victoria de la coalición de izquierdas en las elecciones legistativas de Francia de este domingo. “Nunca comentamos los resultados de las elecciones nacionales así que no tenemos comentarios que hacer”, ha respondido este lunes el portavoz de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a la petición de una valoración sobre los resultados. Pese a esta falta de pronunciamiento oficial, en Bruselas han recibido con enorme alivio el veredicto de las urnas y el hecho de que la ultraderecha de Marine Le Pen y Jordan Bardella no haya conseguido su objetivo de lograr una mayoría suficiente que permita a su formación, Reagrupamiento Nacional, formar gobierno. Aún así, se percibe con gran preocupación el nuevo escenario político francés, mucho más fragmentado que nunca, y sin una mayoría clara que podría derivar en una difícil cohabitación política en la que es la segunda economía más grande de la UE, informa SILVIA MARTINEZ.
El mensaje más elocuente pronunciado el mismo domingo, tras la segunda vuelta, llegó desde Varsovia por boca del primer ministro de Polonia y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. “En París entusiasmo, en Moscú decepción, en Kiev alivio. Suficiente para ser feliz en Varsovia”, decía el conservador polaco en su cuenta de la red X.
“Esta noche, mis amigos y camaradas socialistas franceses demuestran que es posible detener a la extrema derecha uniendo a la izquierda. Los resultados son claros: al colocar al Nuevo Frente Popular a la cabeza de los escaños de la Asamblea Nacional, el pueblo francés se movilizó para defender la República de los peligros que la esperaban. Un momento histórico para Francia y para Europa”, ha reivindicado la presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García. “Viva la República”, celebra la copresidenta de los Verdes en la Eurocámara, Terry Reintke.
En las capitales europeas también ha habido reacciones diversas al resultado de los comicios de este domingo:
[–>El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha declarado “notablemente aliviado” porque se ha evitado lo que habría sido un “gran desafío“, de haberse visto forzado Emmanuel Macron a cohabitar con un gobierno de la ultraderecha. Espera ahora el canciller que el siguiente paso sean una “negociación constructiva” para la formación del siguiente gobierno en París. En esa frase hay una invitación indirecta a Macron a tomar ejemplo de Alemania, donde lo habitual es negociar coaliciones complejas incluso entre socios nada afines, algo que hasta ahora no se había dado en el sistema presidencialista francés.
La discreta reacción de Scholz de este lunes contrasta con la “gran preocupación” que había expresado unos días antes ante el avance de la ultraderecha en Francia, Países Bajos y otros aliados europeos, entre ellos varios socios escandinavos. Del canciller trascendió además una frase, pronunciada en una reunión Partido Socialdemócrata (SPD), en que se confesaba “deprimido” ante un posible gobierno dominado por Le Pen.
Berlín temblaba por la estabilidad del eje franco-alemán, aunque oficialmente Scholz insistía en que, pasara lo que pasara, el interlocutor seguiría siendo el presidente Macron.
El eje franco-alemán parece salvado, pero persiste cierto miedo a Jean-Luc Mélenchon. El líder de La Francia Insumisa asumió de inmediato como propia la victoria del Nuevo Frente Popular. Se considera improbable que acabe siendo el primer ministro, ya que tanto Macron como los socialistas franceses lo rechazan. Pero tampoco puede darse aún por descartado.
“No incidimos en cuestiones de política interna de otro país”, respondió el portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, ante sobre la reconocida aversión de Mélenchon hacia Alemania. En Berlín se recuerda su panfleto titulado ‘El veneno alemán’, en que acusa a ese país de “imponer su voluntad” al resto de la UE. Ya en lo personal, Mélenchon ha ido más allá que Le Pen en su hostilidad hacia Alemania. “Nadie quiere ser alemán. Son más pobres, mueren antes y no tienen hijos”, llegó a asegurar hace unos años. GEMMA CASADEVALL
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Alivio de la izquierda y el centro, silencio del Gobierno de Giorgia Meloni. Así puede resumirse, a grandes rasgos, el impacto en Italia de la victoria del Nuevo Frente Popular en Francia. En particular, la líder del Partido Demócrata italiano, Elly Schlein, ha calificado el resultado de “extraordinario“. “Es posible ganar a la derecha”, ha añadido. “¡Se lo dedicamos a Meloni y (al líder de la Liga, Matteo) Salvini! ¡Gran resultado rojo-verde del NFP!”, ha exclamado Angelo Bonelli, diputado de la alianza Izquierda y Verdes (AVS, por sus siglas en italiano). “El pueblo francés ha premiado a los que nunca han dudado en apostar por la paz, los derechos sociales y la tutela de los más débiles”, ha añadido Giuseppe Conte, el jefe del Movimiento 5 Estrellas (M5S).
Unas palabras que reflejan la interpretación, en clave nacional, que la oposición ha querido dar al inesperado resultado electoral francés. De ahí también las palabras más sosegadas de los centristas de Acción, Carlo Calenda, y de Italia Viva, Matteo Renzi. “Es muy positivo haber bloqueado a Le Pen. Es bueno para la estabilidad de Macron. Pero formar Gobierno y gobernar no será fácil”, ha considerado Calenda. “El centro reformador ha sido decisivo hoy en Francia como en el Reino Unido hace días. Una señal de esperanza para la política europea. Macron ha ganado la primera batalla”, ha coincidido Renzi.
La sorpresa y el alivio también se han mezclado, sin embargo, con una nueva polémica por la decisión de la televisión pública RAI de no transmitir en directo los resultados electorales en Francia, y emitir en su lugar un festival cultural que el domingo se llevó a cabo en Pomezia, cerca de Roma. “La RAI esconde la derrota de Le Pen”, titulaba esta mañana el diario italiano ‘La Repubblica’. Esto después de que la situación fuera denunciada por el PD y diversas asociaciones de periodistas. “Se ha tocado fondo”, consideraron. IRENE SAVIO
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El resultado electoral en Francia ha tenido pocas reacciones en la política británica, todavía inmersa en la resaca de las elecciones generales del pasado jueves. Ni el nuevo primer ministro, Keir Starmer, ni su antecesor en el cargo, Rishi Sunak, han valorado públicamente los resultados de los comicios, ni tampoco lo ha hecho el líder del partido de derecha populista Reform UK, Nigel Farage. Entre los miembros del Parlamento, destaca la reacción de la colider de los Verdes, Carla Denyer, quien ha calificado como “inquietante” el apoyo recibido por la extrema derecha, pero ha valorado como un “alivio” los esfuerzos para aislar a la formación de Le Pen.
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Los principales medios británicos sí han dedicado un espacio importante al análisis del resultado electoral en Francia. La BBC destaca que, independientemente de quién sea el primer ministro, los comicios de este domingo alejan el poder del presidente, Emmanuel Macron, y debilitan su figura. Por su parte, la analista Rym Momtaz explica en una columna en el diario ‘The Guardian’ que cualquier alianza en la Asamblea Nacional francesa supondrá un “reto significativo” en un país poco acostumbrado al compromiso político y a las coaliciones. LUCAS FONT
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