2025-03-07 08:56:00
Para muchos entendidos, Indian Wells lleva incorporada la etiqueta de ser “el quinto grande” del mundo del tenis por sus más de 20 millones en premios y unos niveles de asistencia de público solo comparables con los cuatro Grand Slams. Desde luego, un torneo especial dentro de la gira de pista dura y del catálogo de Masters 1.000, que tiene (o tenía) sus particularidades en lo que al juego se refería, al ser el más lento dentro de todos los que se juegan en superficie rápida. Unos condicionantes que, además, beneficiaban a un Carlos Alcaraz que se había convertido en su gran dominador, ganándolo en sus últimas dos ediciones.
Anclado en medio del desierto, Indian Wells y su clima árido han permitido durante las últimas décadas desarrollar un tipo de tenis diferente al de los otros torneos de pista dura. Y es que el combo de la localización, las condiciones climatológicas y el tipo de pistas generaban en el torneo unas características muy especiales que le conviertían en el Masters 1000 de cemento más lento, y con diferencia, de todo el circuito. Tanto que casi estaba a la altura de los que se jugaban en tierra batida en lo que a ritmo de bola y estilo de juego se refería.
No fue casualidad, por tanto, que Rafa Nadal ganara allí tres veces, mientras que en Miami, que se disputa justo después, no lo hizo nunca. Y tampoco es por un factor azaroso que a Carlos Alcaraz se le haya dado siempre tan bien un torneo que no solo es que haya ganado, sino que ha dominado en los últimos tiempos sin apenas dar opciones a sus rivales. De hecho, las dos últimas ediciones cayeron en sus manos, y este año llegaba como gran favorito para conseguir el tercero consectivo, algo que solo han logrado Novak Djokovic y Roger Federer.
25 años después, cambio de superficie
Pero el pasado fin de semana el Masters 1.000 anunció un cambio que, a priori, afecta al murciano más que a nadie. “Es algo que no entendí cuando lo vi. Este torneo se ha jugado en la misma superficie durante 25 años, en la misma pista, pero ahora ha cambiado”, explicó Alcaraz sobre el cambio de proveedor de la superficie, que pasa de ser Plexipave a Laykold, la misma empresa elegida por torneos como Miami o el US Open.
Carlos Alcaraz, avec le trophée Indian Wells. / EFE
¿Y en qué se traduce esto? Pues volvamos al principio. Al estar el torneo situado en un lugar con clima muy seco, la pelota tiene menos fricción del aire y vuela más rápido. Además, el combo de calor más baja humedad hace que la bola bote más alto en cada impacto, lo que antes se unía a una pista como la Plexicave, que al ser más rugosa hacía que la fricción al contacto con la pelota fuera mayor, dando lugar a un juego casi de pista de tierra. Indian Wells se caracterizaba por puntos más elaborados con mucho intercambio desde el fondo de la pista y por tanto venía bien a tenistas que no juegan tan plano y dan muchas revoluciones (spin) a la bola.
El precedente de París
Algo que beneficiaba al estilo de Alcaraz y que con el cambio a Laykold, queda en entredicho, al tratarse de una pista más estándar en lo que al tenis en canchas rápidas se refiere. Tampoco tienen que justificar nada, porque los organizadores pueden elegir qué tipo de torneo quieren ofrecer y si entienden que es mejor cambiar la superficie por lo que sea, lo pueden hacer. De hecho, ya pasó hace poco en Francia, en el Masters 1.000 de París-Bercy, que modificó el CPI (Court Pace Index) con el único objetivo de conseguir que sus tenistas llegaran a las rondas finales, algo que no se conseguía desde 2008. Y resultó efectivo, llevando a varios hasta a cuartos de final y convirtiendo en finalista al local Ugo Humbert.
Ahora mismo, y aunque no se sabe porque no hay que justificarlo, tenistas locales como Shelton, Fritz o Tiafoe, sacadores y de juego plano, parecen los más beneficiado de contar con pistas rápidas en Indian Wells, ya que la lentitud tan grande del torneo hacía que no se sintieran del todo a gusto. Y apunta a ponerle una dificultad extra a un Alcaraz que se resigna a adaptarse a un handicap que pone en entredicho su dominio en el quinto grande.
“Entrenaremos para verlo, aunque creo que me adapto bien a las superficies y a las condiciones en las que juego. Creo que juego bien al tenis, aunque las pistas sean un poco más rápidas, pero reconozco que no lo entendí cuando lo leí”, se reafirmó. Sin Sinner, sancionado, él es el gran referente de un torneo en el que le espera una bomba por el camino: de ir avanzando ambos, se enfrentaría con Novak Djokovic en cuartos, como ya pasó en Australia.
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