2025-03-08 02:01:00
La mejor manera de valorar el nivel atlético de un país es la tabla de posiciones. Liderada por el oro de Ana Peleteiro en triple salto (14,37) y por el bronce del debutante como español Lester Lescay en longitud con 8,12, España cierra la segunda jornada del Europeo bajo techo de Apeldoorn con 27 puntos por los 22 de Francia y de Gran Bretaña. Y eso que no hay marcha, que el campeón olímpico de triple Jordan Díaz renunció a la pista cubierta y que la maldición volvió a cebarse con Quique Llopis.
La gran noticia de la jornada la protagonizó Peleteiro. La gallega llegaba como gran favorita y cumplió los pronósticos pese a las molestias en una rodilla que llegaron a poner en riesgo su presencia en las dos grandes citas bajo techo de este año. Y es que, salvo sorpresa, también estará en el Mundial de Nanking.
Fue el premio a la apuesta valiente que realizó a finales del pasado verano, cuando tras su sexta plaza en los Juegos de París decidió dejar el grupo de trabajo de Iván Pedroso para ponerse a las órdenes de su marido en su regreso a Ribeira, de donde partió en 2012 en busca de sus sueños tras el oro mundial junior en Barcelona.
Ese matrimonio en septiembre de 2023 y el nacimiento casi un año antes de su hija Lúa fueron clave. Peleteiro necesitaba reencontrarse tras la decepción olímpica que llegó tras maravillar en el Europeo de Roma y colgarse el bronce en el Mundial en pista cubierta.
La gallega tomó el mando con 14,20 tras un nulo muy largo y amplió su ventaja con 14,37 en el quinto (marca de la temporada por cuatro centímetros), pero los 14,31 de la rumana Ion en el último añadieron dramatismo a la final. Enorme victoria y lágrimas en los ojos de la mejor saltadora horizontal de la historia del atletismo español.
El sacrificio de Lescay
Nacido en 2011 en Santiago de Cuba y con un mejor registro personal de 8,35 metros en longitud, Lester Lescay tomó en el invierno de 2022 la difícil decisión de quedarse en España y no regresar a su país tras no lograr clasificarse para los Mundiales de Belgrado.
Por fin, el 12 de enero obtuvo la nacionalidad española y su esperado debut como español con todos los honores estaba programado para los Nacionales de Gallur. Sin embargo, unos problemas físicos se lo impidieron y lo han obligado a competir con un aparatoso vendaje en la pierna izquierda.
Lescay tuvo que renunciar a sus tres últimos saltos, pero los 8,12 del segundo le bastaron para colgarse el oro por detrás del sorprendente búlgaro Saraboyukov (8,12) y del favorito italiano Mattia Furlani (8,12). La mala noticia llegó con el catalán Jaime Guerra, quinto con 8,06 y retirado en camilla con una posible lesión en la parte posterior de una pierna.
Enorme Abel Jordán; Llopis, gafado
La gran decepción llegó en los 60 vallas pese a que un heroico Abel Jordán fue cuarto con 7.54 como aperitivo a su presencia en los 60 lisos, prueba en la que comparte la mejor marca del año con el sueco Henrik Larsson.
El jefe de filas del trío español era Quique Llopis, gran candidato para discutir la victoria al polaco Szymanski y al dúo francés. Sin embargo, tras maravillar en ‘semis’ con 7.49, se lesionó en el calentamiento y tuvo que renunciar a la final. Dos años antes, sufrió una espectacular caída en la final en Estambul.
Jordán salió bien y peleó hasta la meta por unas medallas que podrían esperarle en el liso. Asier Martínez fue séptimo con 7.68 con oro para Szymanski (7.43), plata para Belocian (7.45) y bronce para Kwaou-Mathey (7.50).
Esther Guerrero, quinta
Esther Guerrero volvió a exhibir esa capacidad competitiva que la ha caracterizado siempre. Lástima que le sigue faltando una medalla y Apeldoorn no saciará ese deseo. Dos veces sexta en 800 en Europeos en pista cubierta, la de Banyoles también había sido cuarta y quinta en 1.500. Esta vez repitió esa quinta posición tras quedarse cortada en la penúltima vuelta mientras la favorita Georgia Hunter-Bell se iba en teoría a por el oro.
Lejos de bajar los brazos, la discípula de Joan Lleonart mantuvo el pulso a la final para acabar quinta con 4:09.65. Por delante, gran revolución que dejó sin medalla a Hunter-Bell con el mismo tiempo que su compatriota Walcott-Nolan (4:08.45), con oro para la francesa Guillemot (4:07.23) y plata para la portuguesa Salomé Afonso (4:07.66).
Ingebrigtsen, Paula Sevilla e Iñaki Cañal
Con una sola derrota en las últimas 12 finales europeas en pista, Jakob Ingebrigtsen hizo prácticamente lo que quiso en la final de 1.500 para poner la primera piedra de su tercer ‘doblete’ continental en pista cubierta para igualar los tres que tiene al aire libre.
En la prueba que más disgustos le ha dado (perdió en el Europeo bajo techo de 2019, en los dos últimos Mundiales al aire libre y en los Juegos de París) el noruego venía de convertirse en el primer atleta de la historia en bajar de 3:30 en 1.500 (3:29.63) en su camino hacia el récord mundial de la milla. La final no tuvo historia. Empezó en la cola y fue progresando para imponer ese ritmo creciente que impide que sus rivales puedan neutralizarlo. Ganó con 3:36.56, seguido del francés Azeddine Habz (3:36.92) y del luso Isaac Nader (3:37.10).
Paula Sevilla volvió a demostrar el acierto total de aparcar los 200 en beneficio de los 400 en los que sigue acechando el récord nacional de Sandra Myers. Al igual que en las series, la solanense venció en ‘semis’ con 51.23 y estará en la final del sábado. No la acompañará Eva Santidrián, quinta en su ‘semi’ con 52.82.
En hombres, situación muy parecida con un soberbio Iñaki Cañal que refrendó su reciente título nacional con una segunda plaza en ‘semis’ (46.24) que le permitirán correr una final en la que todo parece abierto menos un oro con Molnar como gran candidato. El joven Markel Fernández recibió un par de toques que resultaron fatales (cuarto con 46.82).
Para acabar con las buenas noticias, el campeón nacional Elvin Josué Canales y el excampeón mundial Mariano García consiguieron el pase a semifinales en 800 metros, mientras que Álvaro de Arriba se quedó por el camino pese a que llegó con fuerzas. En féminas, clasificación para la balear Daniela García y KO de Lorea Ibarzabal y de la jovencísima catalana Marta Mitjans (18 años).
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