2024-03-25 15:35:00
La justicia rusa ha tomado la vía rápida con los cuatro sospechosos del atentado en la popular sala de conciertos rusa Crocus City Hall, y ha decretado su ingreso en prisión preventiva por dos meses. Los cuatro hombres fueron imputados con cargos de terrorismo por el ataque, que dejó 137 muertos, y los presuntos autores pueden afrontar una pena de cadena perpetua. Su encarcelamiento preventivo, fijado hasta el 22 de mayo, podrá ser prolongado a la espera de su juicio, cuya fecha aún no ha sido decidida. Los acusados comparecieron ante el juez con evidentes signos de violencia. El ataque ha sido reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, que incluso aportó un video realizado durante el mismo ataque.
El tribunal moscovita del distrito de Basmani hizo público un vídeo en el que se ve a agentes de policía introduciendo a uno de los sospechosos en la sala esposado, así como fotografías del mismo hombre sentado en una estancia con vidrio para acusados. Uno de los sospechosos fue conducido a la sala con los ojos vendados. Cuando le quitaron la venda, se le vio un ojo morado. Otro sospechoso fue introducido en la sala en silla de ruedas, incapaz de levantarse, y con un catéter para miccionar. Algunos vídeos difundidos este lunes muestran las supuestas torturas infligidas a los detenidos. Estos circularon en algunos canales de Telegram relacionados con el grupo de mercenarios Wagner, algo que luego compartieron sin pudor canales estatales rusos, probando que los presuntos asesinos, que aún no han sido juzgados, muy probablemente han sido maltratados bajo custodia policial. El pasado domingo, el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, publicó en la red social X, el antiguo Twitter, que Rusia “se vengará a todos y cada uno (de los fallecidos)”, y advirtió que independientemente de su origen y estatus, son ahora “un objetivo legítimo”.
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En uno de los vídeos difundidos por blogueros rusos se puede ver a miembros de las fuerzas de seguridad cortando la oreja a un hombre que posteriormente es interrogado por el atentado y metiéndosela después en la boca. Otro muestra a las fuerzas de seguridad golpeando a un sospechoso con la culata de sus fusiles y dándole patadas mientras yace en la nieve. Uno de ellos, el que se encontraba en peor estado, habría recibido descargas eléctricas en los genitales. Todos ellos lucían moratones en el rostro durante la vista judicial del domingo por la noche.
Torturados por paramilitares
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Medios independientes rusos señalaron que el agente que aparentemente cortó la oreja al sospechoso llevaba parches que indicaban su apoyo a grupos neonazis y parecía tener contacto con el grupo paramilitar de extrema derecha Rusich, activo en Ucrania. Los parches incluían un sol negro y un símbolo parecido al Totenkopf –o cabeza de la muerte– que llevaban varias divisiones nazis. Este lunes, el portavoz del Kremlin se ha negado a comentar las acusaciones de tortura de los sospechosos. “Dejaré esta pregunta sin respuesta”, dijo Dmitri Peskov, a preguntas de los periodistas. También se mostró reacio a hablar de la autoría del atentado a manos de la organización terrorista Estado Islámico, manteniendo el discurso del Kremlin. “No comentamos nada al respecto, no tenemos derecho a hacerlo”, añadió.
El Kremlin también ha eludido comentar la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI) del atentado mientras se esté llevando a cabo la investigación. “La investigación está en curso y la Administración presidencial se equivocaría si hiciera comentarios sobre el desarrollo de la investigación. No lo haremos”, afirmó el portavoz de la presidencia rusa. “De momento no se ha hecho pública ninguna hipótesis definida“, insistió Peskov. En su mensaje a la nación el sábado pasado, el presidente Vladímir Putin no mencionó en ningún momento al Estado Islámico, pero sí indicó que los terroristas fueron detenidos cuando se dirigían a la frontera con Ucrania.
Se reconocen culpables
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Los dos primeros acusados en presentarse ante el juez fueron dos varones identificados como Saidakrami Rachabalizoda y Dalerdzhon Mirzoev. Durante la vista, Mirzoev dijo que es ciudadano de Tayikistán y que tiene tres hijos menores. El acusado, que reconoció plenamente su culpa, vivía en la región de Moscú con documentos de residencia caducados hace tres meses y no tenía antecedentes penales. Rachabalizoda, de 30 años, también admitió su culpa. El acusado está casado, tiene un hijo y tampoco tiene antecedentes.
Los otros dos sospechosos del ataque terrorista que fueron llevados el domingo ante el tribunal de Basmanni de Moscú tras su detención el sábado en la región rusa de Briansk son Fariduni Shamsudin y Muhammadsobir Faizov. Faizov, de 19 años, vestía una bata blanca y estaba acompañado por dos médicos al ser llevado a la corte desde un hospital, donde ingresó tras resultar herido durante su detención. Shamsudin dijo al juez que trabajaba en una fábrica en la región de Moscú y que tiene un hijo de ocho meses. Mientras Faizov, que no está casado, declaró que antes trabajaba como peluquero en la ciudad de Ivánovo y actualmente estaba desempleado.
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Según los últimos datos, el atentado del viernes pasado ha dejado 137 muertos. Mientras, el número de heridos subió este domingo de 154 a 180 personas. De acuerdo con medios rusos, algunos supervivientes del atentado tardaron más de un día en solicitar ayuda médica porque se encontraban en estado de ‘shock’. En total, las fuerzas de seguridad rusas han detenido a 11 personas vinculadas con el atentado, cuatro de las cuales participaron personalmente en la matanza, según las autoridades.
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