2024-04-27 22:18:41
Un balón de oro vuela hacia Bilbao. Hacia la final de la Champions, la cuarta consecutiva del Barça femenino, como si la estancia última de la competición fuera un lugar común. Lo es para este equipo de leyenda en la historia del club azulgrana, en camino de serlo para la historia de la competición, con las cinco seguidas del Olympique de Lyon (2016-2020) y que puede ser el rival de las azulgranas e el 25 de mayo.
Ese balón de oro que aterrizó ya simbólicamente en San Mamés lo chutó su propietaria. Aitana Bonmatí fue la MVP del partido -un premio más, el más irrelevante del último año, desde que obtuviera el de la final de 2023- con el gol que igualaba la eliminatoria y el penalti que brindaba la oportunidad de oro de remontarla. La fogosidad de Aitana se transformó en la frialdad sueca de Fridolina Rölfo, la última bota que había eliminado al Barça de la final de 2020, para colocar el 0-2, aún no definitivo a falta de 20 minutos.
“Lo hemos conseguido una vez más y no era fácil esta vez”, valoró Aitana, que vivió “con éxtasis” su gol que reparaba el daño de la ida. “No podemos negar que aquel resultado nos hizo daño”, reconoció minutos después Jonatan Giráldez de la ida de Montjuïc, la primera derrota de la temporada.
“Este equipo se sobrepone a todas las dificultades y estoy muy orgullosa de él, de haber llegado a otra final”, seguía Aitana, antes de admitir que la expulsión de Kadeisha Buchanan allanó el tramo final del duelo.
Advertida a los 30 segundos de partido, junto con Salma Paralluelo en un roce que provocó la defensa canadiense en su deseo de intimidar a la delantera azulgrana, sus excesos le costaron la expulsión. Por imprudente y por desmedida, en dos cinco minutos vio dos tarjetas. Ambas por sendas entradas a destiempo, injustificadas, la primera a Salma y la segunda a Patri. La defensa central socavó las expectativas del Chelsea. Sus compañeras se vieron perdidas: con 0-1, una menos y frente al campeón. Las esperanzas volaron hacia la nada en menos de un cuarto de hora, mientras el balón de oro volaba hacia Bilbao. Aitana, de nuevo ella, forzaba el penalti de Rolfö.
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“Me encantan estas situaciones. Sentía la presión, pero estaba tranquila, sabía lo que quería hacer, dónde chutarlo”, dijo Rolfö del penalti.
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“Me encantan estas situaciones. Sentía la presión, pero estaba tranquila, sabía lo que quería hacer, dónde chutarlo”, explicó la polivalente Rolfó, que empezó de extremo izquierda y acabó de lateral, defendiendo el 0-2. “Los últimos minutos se hicieron larguísimos y hasta que no pitan el final has de continuar luchando y conservando el balón”, dijo una emocionada Rolfo con la convicción de que el Barça había sido superior al Chelsea en la eliminatoria y merecido el pase a la final del 25 de mayo en Bilbao. “El mejor lugar posible, ojalá sea como jugar en casa”, apuntó Rolfö.
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