2025-01-13 00:55:00
Nueve goles le ha endosado el Barça de Hansi Flick al Madrid de Carlo Ancelotti. Cuatro en el Bernabéu y cinco en Yeda. El recién llegado frente al defensor del triplete blanco. Pero la aplastante superioridad del técnico alemán sobre el italiano, manifestada a través de sus respectivos equipos, en los dos primeros duelos de la temporada va más allá de las sonoras bofetadas del resultado.
Flick no había perdido ninguna final con el Bayern y no la ha perdido con este Barça que reconstruye con chicos jóvenes a quienes repite a diario, como un mantra insoportable, que han de seguir aprendiendo. Flick defendía frente a Ancelotti el privilegio que solo tienen dos entrenadores en el mundo y en la historia del fútbol: el sextete. Lo ligó Pep Guardiola en 2009 y lo repitió Flick con el Bayern en 2020.
La suma no saldrá seis
Al considerado Ancelotti se le presentaba de nuevo la oportunidad para que el Madrid uniera Liga, Copa, Champions, las dos Supercopas y el Mundial de Clubs, ahora reconvertido en Intercontinental porque el Mundial de Clubs es el invento de la FIFA de este año. El madridismo hace las cuentas como le complace para poder exhibir un sextete. Pero la suma nunca saldrá igual a seis.
Quien exhibió felicidad fue Flick. “Por el equipo, por el staff, por el club, por los fans… hemos trabajado muchísimo y hemos merecido este título”, afirmó Flick, que repetía constantemente que sentía “muy orgulloso” por la actuación cuajada por el Barça.
“Hemos hecho un partidazo. Defendemos y atacamos juntos, siempre unidos. Esto es lo importante, esa fue la clave”, subrayó Flick de una característica que no fue puntual en el clásico, sino que tiene inculcada en el grupo. Pese a que los resultados no acompañan de vez en cuando. “Hoy es un gran día porque hemos batido a uno de los equipos más grandes del mundo, y hacerlo por segunda vez es increíble”, añadió, elevando el mérito del Barça, convirtiéndolo en “equipo grande”.
“El objetivo de los grandes clubs es ganar títulos y por eso trabajamos duro; ahora debemos mostrar en cada partido cómo de buenos somos”
“Los aficionados quieren ver a su equipo competir y jugar bien. Ese es el objetivo en cada partido y lo hemos conseguido”, explicó. Con una holgura inesperada, pese a que ya había endosado al Madrid cuatro goles al saber hurgar en la debilidad defensiva del equipo blanco, cuando naufraga al tratar de contrarrestar al Barça con el mismo, o similar, 4-3-3. Los goles de Lamine Yamal y Raphinha llegaron con una facilidad pasmosa por los enormes huecos entre el central y el lateral. Primero con Mendy y Tchuaméni; después, con Lucas Vázquez y Tchouaméni. Rüdiger nunca estuvo en su sitio.
Sólo igualó el Madrid al Barça en la torpeza de no saber defender un córner a favor. Mbappé coronó un veloz contragolpe para adelantar a los blancos tras cuatro ocasiones clarísimas del Barça y Balde colocó el 1-4 en el último minuto del tiempo añadido antes del descanso.
“El partido ha sido fantástico para los aficionados, pero no tanto para los entrenadores”, admitió Flick, aludiendo a ese tipo de calamidades. Incluso en la euforia del título insistía con el dichoso lema de “aprender de los errores”. No era el momento de las reconvenciones, pero no dejó pasar la oportunidad de exigir.
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“El objetivo de los grandes clubs es ganar títulos y por eso trabajamos duro. Ahora debemos mostrar, en cada partido, cómo de buenos somos”, dijo Flick, sin un solo gesto de euforia. Al contrario que Laporta, que llegó a arrodillarse levantando el trofeo. El técnico solo se fotografió con la Supercopa rodeado de su cuerpo técnico.
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