2025-03-02 23:46:00
Robbie Williams, que cuenta historia de su vida en el filme ‘Better man’, habla de su pulso con la ansiedad y los problemas de salud mental camino de la gira que le traerá el 5 de julio en Barcelona.
¿Cómo debemos interpretar que su figura en ‘Better man’ sea representada por un mono? ¿Una metáfora sobre la naturaleza animal del ser humano, una broma sobre su rol como atracción de feria…?
No, no, no, no hay metáfora alguna. Quizá lo fue para Michael Gracey, el director, pero a mí simplemente me pareció que era una idea jodidamente buena, inusual y atrevida. Me gustaría darle una respuesta más profunda y con más significado, pero no, me pareció simplemente una gran chifladura, una absurdidad. Una enorme, gigantesca, ridiculez. Hay gente a la que le ha costado entenderlo, pero cuando lo ven se dan cuenta de que el mono hace mejor el papel.
Viene de una época en la que ha aireado cuestiones muy privadas, relativas a la depresión, las adicciones… ¿El filme es el acto final de ese período?
Creo que lo que significa la película para mí, y lo que representa en realidad, no está muy claro todavía. Refleja un viaje largo, me siento orgulloso de ella y de que toda esa gente haya entrado en mi vida, y de que Michael Gracey la haya dirigido tan bien. He tenido fe en él, y en mí, y en mi historia, pero todo eso me supera. Es tan increíble que no comprendo todavía plenamente lo que significa.
En sus conciertos de 2023 en España ya hablaba abiertamente de sus problemas personales y dijo que sus ‘shows’ eran terapéuticos. ¿Sigue necesitando esa clase de terapia en directo?
Fueron conciertos brutales, con una respuesta muy cálida del público. Pero todos los días son como un día de escuela, la verdad, y me gusta decir que cada día estoy menos loco, pero que sigo estando loco de todas maneras. En fin, que estoy mejor, pero que puedo estar mejor.
¿Pero se siente más centrado que dos años atrás?
En las dos últimas semanas, la ansiedad me ha vuelto a visitar. Es raro, porque no me había sentido así desde hacía tiempo, pero creo que cuando tienes una vida interior complicada nunca alcanzas la paz completa, nunca llegas a curarte del todo. Tan solo aprendes a conllevarlo. Es un proceso que te acompaña toda la vida.
Cuando comenzó, con Take That, en los 90, esas cuestiones de salud mental no formaban parte de la conversación pública de un artista pop. ¿Siente que conecta ahora con su público por ese carril?
Tenemos una epidemia de enfermedad mental y no importa si eres una estrella pop, o un contable, o un colegial. Yo tengo suerte porque ahora estoy en un extremo del proceso, mirando hacia atrás y diciendo “uf, ya no estoy en medio”. Puedo hablar desde la experiencia. Pero una parte del problema de mi enfermedad mental es que hablo demasiado de mí, me expongo demasiado, y la gente responde a todo eso. Pero, mira, estamos en 2025 y estamos todos jodidos, y ya está bien que hablemos de ello.
¿Qué le diría al Robbie de 21 años, el de 1995, cuando estaba en su clímax con Take That y a punto de lanzarse en solitario?
Podría escribir un libro entero con las cosas que le diría, pero él no lo leería, ni escucharía lo que le dijera. Habría tanto que decirle… Lo principal es que la gente quiere que le amen, que quiere sentirse segura y que quiere saber si todo va a ir bien. Y yo puedo decirme a mí mismo que todo va a ir bien. Pero hay todo un viaje aquí. Es una cuestión de esperar y resistir.
¿Cómo es ahora su relación con la música? No publica un álbum de canciones inéditas desde 2019.
Hay un álbum nuevo que saldrá este año. En septiembre, creo. Es demasiado pronto para hablar de él, pero puedo decir que será un disco con guitarras.
¿Habrá canciones de ese álbum en el concierto de Barcelona, el 5 de julio)?
Cantaré alguna. Aunque el disco salga más tarde, lanzaré algunos temas antes del ‘tour’ y también durante el ‘tour’.
De hecho, hay una canción nueva, ‘Forbidden road’, en la banda sonora de ‘Better man’. Un tema recogido, acústico.
La película requería una especie de abrazo al final, porque la última media hora es bastante traumática, muy emotiva, y hacía falta una canción ahí que te hiciera saber que todo está bien, que puedes respirar. De eso va el tema.
El mundo musical, la industria, ha cambiado mucho desde los 90. ¿Hay algo que le preocupe del modo que se escucha, o consume, la música en la actualidad?
Mis preocupaciones tienen que ver conmigo mismo, de un modo egoísta. No quiero tener menos éxito del que tuve en 2002. No quiero ser menos reconocido o relevante. Y por supuesto ya no puedo serlo como un tipo de 51 años, pero mis preocupaciones tienen que ver conmigo, con mi familia y con mi carrera. Cuestiones como la Inteligencia Artificial son fascinantes, pero nunca he entendido la industria musical y sigo sin entenderla.
El directo anda un poco desbocado. Todos esos estadios llenos de sus amigos de Oasis. ¿Le sorprende?
Que se juntaran era algo que probablemente tenía que ocurrir, y no me sorprendió, y el tamaño de la gira tampoco. Es una banda muy, muy importante y significa mucho para mucha gente. Su gira será curativa para todo ese público que podrá ponerse nostálgico y recordar quiénes eran cuando estaban más en forma, cuando tenían más salud y estaban más exultantes.
La nostalgia es un motor del pop y del espectáculo. ¿Le gusta que lo sea también en sus ‘shows’?
Claro, yo debo saber cuál es mi lugar. La música y las canciones son máquinas del tiempo. Es mi trabajo cada noche, custodiar mi propia máquina del tiempo y asegurarme de que funciona correctamente.
Y, bien, ¿habrá un encuentro un día u otro con Estopa, a quienes ha invitado a cantar en el concierto de Barcelona? Ellos no van a poder estar ahí, tienen una actuación esa noche, en el festival Río Babel, de Madrid.
¡Los dos hermanos, claro! No hemos contactado por ahora, pero eso debería ocurrir. Sí, por supuesto, me encantaría cantar con ellos. Escuché un poco su música cuando estaba promocionando la película en España. ¡Son los Oasis españoles!
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