2025-02-11 22:44:00
El fallo del Premio Nacional de Tauromaquia que le ha sido concedido este martes, ex aequo con la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia (RUCTL), ha pillado a Albert Serra en París, ciudad en la que reside una parte importante del tiempo. “Me ha llamado por la mañana el presidente del jurado, Victorino Martín, y me ha dicho que había sido objeto de este premio ex aequo con la asociación de ganaderos. Y yo le he dicho que estaba muy contento”, relata el cineasta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. También la ha dicho a Martín “que me encanta además compartirlo con esta gente, porque nosotros filmamos en diferentes ganaderías, e hicimos también con ellos varias cosas de sonido, y siempre nos trataron muy bien. Así que es muy buena compañía”, dice el director de Tardes de soledad, el documental por el que se ha hecho merecedor de ese premio y con el que también ganó la Concha de Oro del último Festival de Cine de San Sebastián.
No se percibe en él ninguna incomodidad por un premio que nace, o renace, envuelto en polémica: el Ministerio de Cultura dirigido por Ernest Urtasun lo suprimió el mayo del año pasado, y ha sido una alianza del Senado controlado por el PP, varias comunidades autónomas controladas por ese mismo partido y el gobierno de Castilla-La Mancha del socialista Emiliano García-Page, además de la Fundación Toro de Lidia, la que lo ha resucitado. O más bien creado uno nuevo a imagen y semejanza del que otorgaba el ejecutivo central. Como los otros Premios Nacionales (los que sigue entregando el Ministerio de Cultura), este galardón tiene una dotación de 30.000 euros, que el director de cine deberá repartirse a medias con los ganaderos.
“A mí me gustan todos los premios, porque toda la gente a la que yo le gusto, me gustan ellos a mí”, dice con su peculiar estilo el director de Banyolas (Girona). ¿Pero este le gusta más o menos que los de cine, a los que alguna vez en el pasado ha quitado valor? “Quizá más, sí. Porque en los del cine, a estas alturas, ya se da por supuesto que yo puedo hacer una buena película. Pero si es algo que trasciende ese marco cinematográfico y a alguien, desde otro punto de vista, ético por ejemplo, le parece que he hecho algún tipo de bien, es algo que me alegra“, asegura. Menciona, además, que esta es otra recompensa más a todo el equipo que trabajó en la película, que sigue al torero peruano Andrés Roca Rey a través de varias faenas en diferentes plazas y los tensos momentos anteriores y posteriores a las corridas.
A favor de los toros
Serra dice que había algún run rún de que él podía ser uno de los premiados en esta nueva andadura del galardón, pero no era algo de lo que estuviera pendiente. La controversia de lo taurino no le preocupa: ya ha dejado claro en varias ocasiones que está a favor de la fiesta y el respeto estético que esta le merece. Tiene, además, muy buen recuerdo de quienes trabajan en este sector. “La película existe gracias a la colaboración y a la generosidad de mucha gente del mundo del toro, no solo los toreros que salen en la película: también ganaderos, agentes de las plazas, etcétera, que nos dieron mucho acceso y en el 99% de los casos con extrema generosidad. Sin ellos no existiría la película”.
Cuando se le pregunta qué opina de que Urtasun suprimiera el premio que entregaba su departamento, Albert Serra dice que no tiene una postura al respecto. “¿Qué quieres que te diga? La película tiene ayudas del ICAA [el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales]il existe donc grâce au ministère de la Culture. ” Bien qu’il semble qu’il y ait une tradition derrière et cela ne me semblait pas si nocif. “
¿Le preocupa que pueda estar siendo utilizado políticamente, capitalizado por sectores más bien de la derecha en otra guerra cultural? “Solo me interesa la película. Nunca me he metido en política. Además, al contrario de mucha gente que desprecia a los políticos, yo les tengo mucho respeto. Porque es un trabajo en el que contentar a todo el mundo y hacer el mayor bien posible a la ciudadanía, incluidos los que están en tu contra, es muy difícil”. De su encuentro con uno de esos políticos, Isabel Díaz Ayuso, hace unos días en Madrid, durante la presentación de los carteles de la temporada de la Feria de San Isidro, cuenta que “fue muy breve”. ¿Había visto Tardes de soledad? “Entendí que no. Me felicitó por la película y me preguntó cuándo se estrenaba”.
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