2024-10-18 02:12:00
“Ya solo por el catering, nada que ver con el típico pica-pica, valía la pena apuntarse a una de esas sesiones informativas para los socios que hemos sido elegidos compromisarios”, comentaba un señor, de 72 años, socio del Barça desde (casi) toda la vida, tras regresar a casa después de participar (de oyente) en la cita del pasado miércoles en las oficinas del club, pegaditas al Camp Nou y ser asesorado (y convencido) de las bondades de la gestión de Joan Laporta.
“Yo, la verdad, aún no entiendo qué hacía Eduard Romeu, exvicepresidente económico del Barça desde hace ya muchos meses, en aquella reunión porque, además, al igual que Elena Fort, ni abrió la boca”, señalaba uno de los pocos jóvenes socio-compromisario que se apuntó a esa misma sesión del miércoles, a las 18.00 horas.
“Yo, lo único que puedo decir y reconozco que me duele en el alma, es que si el encuentro del jueves al que acudieron unos 100 compromisarios y solo una docena de socias, es el reflejo de lo que será la asamblea telemática del sábado, me juego un pie a que los que votaremos que ‘no’ con la intención de que se reformulen estas cuentas nefastas, perdemos de calle”, explicó una de las pocas mujeres que, en efecto, se apuntó a la cita y que piensa que la directiva tiene, en efecto, muy controlada la cita del sábado.
Eduard Romeu, “¡que hace este señor aquí!”, fue la primera sorpresa con la que se tropezaron los compromisarios que acudieron a la reunión informativa del miércoles. La segunda fue un catering frondoso “nada que ver con el típico pica-pica”
[–>
“Me parece muy mal, aunque esté en la línea de comportamiento y gobernanza del club, que hablen de que, en su día, existió un informe, justo en el momento de la creación de Barça Studios, Barça Visión o Bridgeburg, llámele como quiera, que aseguraba que el valor de esa empresa, de salida, era de 408 millones”, comenta un cuarto socio-compromisario consultado por El Periódico y que salió de la reunión del miércoles “sin saber si el informe existe, si es antiguo, es decir, desfasado, si lo realizó la auditora KPMG, como se rumorea, o si nunca ha existido y por eso no lo enseñaron”.
Las reuniones, celebradas los dos días a las seis de la tarde (“el jueves habían apuntados un montón de compromisarios, decenas, pero muchos no se presentaron, tal vez por la hora”, señala uno de los asistentes ese día a la cita), se llevaron a cabo en una sala del segundo piso de las oficinas del ‘estadi’, con una maqueta del Spotify Camp Nou en el centro de la sala y una presidencia, siempre la misma, integrada por la vicepresidenta Elena Fort, en el centro, a su izquierda Ferrán Olivé, tesorero y, se supone, que director financiero y, a su derecha, Alex Santos, Director de Comunicación.
“Todo era muy guapo y, por descontado, nadie elevó la voz. Lo tenían todo controlado y, la verdad, no parecían demasiado preocupados, ya no por nosotros, que éramos pocos y veteranos, sino por la asamblea del sábado, que sospecho consideran muy controlada y sencilla de manejar”, comentó uno de los compromisarios. “A mí, si he de decir la verdad, una de las cosas que más me llamó la atención fue el señor Olivé, un señor entrañable, de la vieja escuela, con aspecto de contable más que de alto ejecutivo de las finanzas”.
La presencia de Romeu en la sesión del miércoles no se repitió al día siguiente, es decir, ayer. Quien sí repitió los dos días, por necesidades del guión, fue el economista Oriol Amat, exrector de la Universidad Pompeu Fabra, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF y amigo, cuentan, del también economista Xavier Sala-i-Martín, íntimo de Laporta. Todo parece indicar que Amat ha sido reclutado a última hora para que maquille las salvedades y los ‘excepto por…’ redactados por el auditor de Grant Thornton, cosa que, según muchos de los presentes, hizo a las mil maravillas ante un público agradecido, entre otras cosas diciendo que el valor del Barça ha aumentado de 4.700 millones a 5.500 y comparando las últimas cuentas con las del 2021, demasiado pegadas a la pandemia.
“A mí, si he de decir la verdad, una de las cosas que más me llamó la atención de la reunión fue el señor Olivé, un caballero entrañable, de la vieja escuela, con aspecto de contable más que de alto ejecutivo de las finanzas”, señala un compromisario veterano
[–>
Ni que decir tiene que los cuatro compromisarios tanteados por El Periódico reconocieron que la estrella del debate (“pequeño debate, tampoco fue un toma y daca, pues la platea no era demasiado reivindicativa”) fue el desastre, el fraude, la compañía ‘fake’ conocida como Barça Studios y que, ahora, ha pasado a llamarse Bridgeburg. “No deja de ser curioso, informe inexistente al margen, que Olivé jamás se refiriese a esa empresa con el nombre que conocemos todos, Barça Studios, sino como Bridgeburg, sin duda para restarle importancia”.
La prueba es Aramark
[–>
Los representantes del club insistieron que ellos siguen considerando que vale 408 millones de euros. “La demostración de que ese es su valor, contaron, es que Aramark ha pagado 15 millones por una pequeña parte de ese negocio”, continúa explicando uno de los asistentes a la sesión del jueves, “y cuando uno de nosotros le expuso que eso tenía ‘truco’, porque Aramark lo que quería era asegurarse el catering del estadio por una burrada de años, Olivé dijo que son cosas distintas”.
“A mí, lo que más me flipó y lo digo en estos términos porque como socio me da vergüenza, es que nos sigan tomando el pelo, ya que al regresar a casa, el mismo jueves, pude ver la entrevista en plan ‘Yo presidente’ de Laporta, en Barça One, donde aseguró que el club está planteándose recuperar las acciones de Barça Studio, perdón, Bridgeburg, cuando, minutos antes, su tesorero nos había asegurado que, en algunas semanas, entrarán en el accionariado dos o tres empresas punteras, similares en tamaño, prestigio e importancia a Aramark. Ya vale”.
Se da la circunstancia, preferentemente en la sesión del miércoles por la tarde, que, entremezclados entre los socios, había algunos adiestrados empleados del club que, de vez en cuando, se acercaban sigilosamente a los compromisarios y les susurraban al oído “vamos bien, ¿no?”, a lo que ninguno de ellos supo qué contestar. “Yo solo le diré una cosa”, contó el compromisario que me explicó esta anécdota, “si lo que yo viví ese día es una proyección de la asamblea del sábado, los del ‘no a las cuentas’ lo tenemos jodido, ya verá”.
“Yo no sé si perderemos”, comentó uno de los asistentes a una de las sesiones informativas, “pues el 80% de mis compañeros de platea del jueves no creo que sean capaces de conectarse, vía telemática, para participar en ella y ni siquiera votar, pues su edad les impedirá hacerlo. Pero, nerviosos, nerviosos, no los vi, aunque Elena Fort, algo acalorada, necesitó echar mano de su abanico cuando uno de los presentes le hizo dos preguntas. Una, por qué se repite la asamblea telemática y, dos, por qué se cambió el pliego del concurso para reconstruir el Camp Nou y dar entrada a Limak”.
En la sesión del miércoles, entremezclados entre los compromisarios, había algunos adiestrados empleados del Barça que, de vez en cuando, se acercaban sigilosamente a los compromisarios y les susurraban al oído “vamos bien, ¿no?”, a lo que ninguno de ellos supo qué responder
[–>
A la primera pregunta, contó ese mismo socio, la vicepresidenta respondió lo de siempre “que telemáticamente puede participar el ‘soci’ que está en Polonia. Y que el cambio de condiciones para concursar en el Espai Barça se hizo porque así podían participar más empresas”. ”Lo único que pude matizar, tras esas respuestas de la vicepresidenta, fue que la asamblea presencial y telemática, a la vez, nos contentaba a todos, a nosotros y al ‘soci’ polaco, si lo hubiera”, señala, sonriendo, el compromisario consultado.
Nadie entendió la supuesta habilidad de comparar las cuentas del último ejercicio con las del 2021, pues no venía a cuento. Nadie entendió la presencia, el miércoles, de Eduard Romeu en la sala. Nadie entendió por qué no mostraban, si lo hubiese, o por qué no se lo entregaron a Grant Thornton, el informe de hace años sobre la valoración de Barça Studios.
[–>
“Yo pedí información al club, en su día, sobre la existencia de ese informe, autor incluido, y el club me contestó que era un tema confidencial y que no podían darme la información que pedía”, dijo un socio el jueves. Y lo que nadie entendió es por qué el Barça ha tenido que recurrir a un economista externo, Oriol Amat, para tratar de convencer a los compromisarios de que las cuentas son perfectas cuando, al parecer, el catedrático ni siquiera es socio de la entidad.
#parie #ceux #aux #comptes #vont #perdre
1729218977