2024-07-01 00:19:24
Los sondeos hablaron y no fallaron, las proyecciones afianzaron esa tendencia y el escrutinio acabó por confirmarlo. Tal y como se predecía, la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional este domingo se alzó con la victoria en la primera vuelta con un 34%, con más del 60% escrutado. “La democracia ha hablado“, afirmó Marine Le Pen, en su bastión de Henin Beaumont, en Pas-de-Calais, tras conocerse los primeros resultados. Minutos después lo hizo su delfín, Jordan Bardella, quien fue algo más directo y llamó a la “movilización” para “una de las votaciones más decisivas de la historia de la Quinta República”.
Su triunfo no era una sorpresa, desde hace semanas ya se daba por hecho de que la extrema derecha de Marine Le Pen iba a ganar, la pregunta era por cuánto. El viernes algunos sondeos apuntaban a una posible mayoría absoluta, finalmente RN se ha quedado con una mayoría relativa, sin asegurarse el número necesario de diputados para designar a un primer ministro, aunque esta victoria abre varias posibilidades que, lejos están de hacerle la legislatura más fácil al presidente Emmanuel Macron. La extrema derecha sumaría entre 240 y 295 escaños, según diferentes proyecciones.
Tras los resultados de la primera vuelta, se plantean dos escenarios de una importante complejidad: la cohabitación entre Macron y un primer ministro de extrema derecha o, un bloqueo parlamentario, al no conseguir una mayoría clara en la Asamblea Nacional.
Emmanuel Macron pide una “gran unión, claramente democrática y republicana” para la segunda vuelta. Aunque la izquierda sigue mostrándose reticente a unirse a la derecha francesa.
Mayoría absoluta y cohabitación
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“Seré el primer ministro del poder adquisitivo (…). Solo si consigo la mayoría absoluta”, decía el presidente de Reagrupamiento Nacional hace unas semanas. Mientras el joven Bardella se prepara para la cohabitación, fuentes cercanas al presidente Macron afirman que el dirigente se plantea volver a disolver la Asamblea Nacional para evitar legislar junto a un Primer Ministro ultraderechista, pero esto no podría ser posible hasta de aquí un año, tal y como estipula la Constitución.
Una opción que complicaría aún más los últimos años de legislatura del Presidente, ya que sin un importante apoyo en la Asamblea Nacional, no podría aprobar ninguna ley ni presupuesto. “No voy a dimitir”, dijo Emmanuel Macron cuando los medios franceses le preguntaron por esa posibilidad.
Tras la debacle de las elecciones europeas el pasado 9 de junio, Macron disolvió la Asamblea Nacional como un “gesto necesario” para desbloquear la situación política que arrastraba el país desde hacía meses. Es el gobierno con más “decretazos” de la historia del país. Una estrategía que no ha funcionado y que ha sumido al país en una crisis política más aguda si cabe.
“Es normal que la gente vote a RN. El gobierno de Macron no ha hecho nada y nosotros lo hacemos todo: trabajar, trabajar y trabajar pero nunca te llega. Es momento de un cambio, y radical”, cuenta Oussama, taxista franco-argelino. El sentimiento de abandono por parte de las administraciones y la decepción con la política han llevado a muchos a cambiar de bando y optar por “un cambio radical”, contaban para EL PERIODICO, los vecinos de Mantes-la-Ville, días antes de la primera vuelta. Este domingo, los franceses han demostrado que la estrategia lepenista ha funcionado, y que el país ya no tiene miedo a un gobierno de extrema derecha.
Sin mayorías claras en la Asamblea, se avecina bloqueo político
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La jugada de Macron al adelantar las elecciones legislativas, con el objetivo de salir de ese bloqueo parlamentario, no ha salido como esperaba, de momento. En estos momentos, Francia está dividida en tres, y la grieta entre ellas es tal que pocos ven la opción de alianzas. En caso de que no consigan una mayoría clara en la Asamblea Nacional tras la segunda vuelta, el país podría vivir un bloqueo político mucho más acentuado que el que ya arrastraba desde hacía meses.
Un bloqueo a tan solo unas semanas de los Juegos Olímpicos, no solo sumiría al país en una inestabilidad política y económica, también dañaría la reputación de la República.
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Ahora empieza la carrera final hacía la segunda vuelta. Una semana de reuniones, posibles alianzas y pactos, tras una primera vuelta histórica, no solo por registrar la mayor tasa de participación desde 1981, si no también por ser la primera vez que la extrema derecha gana unas legislativas gracias al voto de la ciudadanía.
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