2024-06-13 22:14:14
La izquierda francesa ha llegado a un acuerdo para crea un “nuevo frente popular“, formado por el Partido Socialista, La Francia Insumisa, los verdes y los comunistas, para combatir a la extrema derecha en las elecciones legislativas adelantadas del 30 de junio, en primera vuelta, y el 7 de julio, en segunda. Un acuerdo que se ha forjado tras horas de negociaciones y que incluso ha recibido el visto bueno de François Hollande. “Soy favorable a este acuerdo”, ha manifestado el expresidente francés.
Posiblemente sea el último cartucho de la izquierda para llegar al poder, ya que en las elecciones presidenciales de 2022 los partidos mostraron, en su mayoría, un limitado alcance, especialmente debido a su fragmentación y competencia interna. Ahora, el avance imparable de la extrema derecha puede ser un punto de inflexión para la ciudadanía y una ventaja para la izquierda, ya que si la abstención fuese un partido político, en estas elecciones europeas hubiera obtenido un 49,96% de votos, y del miedo de la “mayoría silenciosa”, la izquierda puede sacar rédito.
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Un nuevo frente popular
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La cabeza de lista de La Francia Insumisa en las elecciones europeas, Manon Aubry, ha explicado este jueves que ya existía un preacuerdo de la izquierda sobre un programa común y sobre las 577 circunscripciones, que ha acabado materializándose horas después. La unión de las izquierdas tiene un precedente histórico en 1936, cuando el Frente Popular ganó las elecciones.
Según la información publicada en la página del Senado, LFI podrá presentar 229 candidaturas, frente a 328 en 2022, y el Partido Socialista y Plaza Pública 170. Ecologistas y comunistas conservarían las mismas, 92 y 50 candidaturas respectivamente. “Estamos discutiendo candidatos únicos a la izquierda que queremos presentar en cada una de las circunscripciones, con el objetivo de ganar, para formar la mayoría, pero los debates son un poco tensos”, señaló el comunista Fabien Roussel. A estos cuatro partidos se ha sumado la incorporación de dos nuevos grupos: el partido Pirata y Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP).
El principal escollo del acuerdo que finalmente se ha sellado ha sido por la euroescéptica y soberanista, Francia Insumisa. Los socialistas no estaban convencidos de pactar con los cargos “rebeldes”, y las discrepancias, en ciertos temas, eran un obstáculo en las negociaciones. El primer ministro, Gabriel Attal, ha hablado de “acuerdo de vergüenza”.
La cuestión de las circunscripciones para la izquierda está casi resuelta, pero falta negociar la del candidato a Matignon: ¿quién será el perfecto primer ministro?
El líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon, ha asegurado estar listo para serlo pero ha matizado que quiere evitar “imponer” esta decisión. Otro de los insumisos, François Ruffin, también se ha ofrecido para ocupar el cargo. Por su parte, la diputada socialista Valérie Rabault ha abogado por una “candidatura femenina”, sin excluirse a ella misma. “La nueva coalición tendrá que elegir a quien sea más capaz de reparar un país muy fracturado, lo que supone un perfil, no el más divisorio, que permita unir al país”, ha añadido el jefe del Partido Socialista.
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El tiempo se agota para las agrupaciones que buscan a contrarreloj las alianzas, y tienen hasta el domingo a las 18 horas para presentar a sus candidatos y que su solicitud sea validada en la prefectura.
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