2024-12-01 16:19:00
“El estado de ánimo no es el mejor”. Joan Peñarroya, cada vez más resignado que enfadado, cada vez más frustrado que apasionado, susurraba después de ver cómo su proyecto en el Barcelona comienza a tomar muy mal rumbo. Tras un inicio de curso más que esperanzador tras la decepcionante temporada que le costó el puesto en el banquillo a Roger Grimau, y después de que la dirección deportiva, encabezada por Juan Carlos Navarro, pensara que incorporando en verano a un nuevo entrenador y a todo un quinteto (Núñez, Punter, Anderson, Metu y Fall) sería suficiente para cambiar la dinámica negativa, el Barça se está viniendo abajo. Las lesiones están despedazando al vestuario, el juego depende cada vez más de los arrebatos episódicos de jugadores concretos, y no de una dinámica coral, y el nerviosismo [Kevin Punter fue expulsado por doble técnico en el Nou Congost] Cela commence à faire trop de dégâts.
El Barça se derrumbó también ante un Manresa (85-72) que, todo corazón pero también coherencia, obtuvo ventajas de 20 puntos. Pero más allá de que el atractivo equipo de Diego Ocampo encuentre un buen lugar para desarrollarse en el Nou Congost, inquietó que el equipo azulgrana, más allá de sus intentos por levantarse en el tercer parcial, siga sin encontrar respuestas a sus continuas desgracias. Los de Peñarroya, que venían de caer tras dos prórrogas en el clásico de Euroliga frente a un Real Madrid que aún no había ganado fuera de casa en Europa esta temporada, han enhebrado tres derrotas consecutivas. Y son ya cinco las caídas en los últimos siete partidos. Con un balance de 5-4 en la Liga ACB, tendrá que apretar los dientes para clasificarse para la fase final de la Copa del Rey del próximo mes de febrero. Mientras que en la Euroliga, pese a su formidable inicio, ya está con un peligroso balance de 7-5.
Frente al Manresa, no hubo manera de detener al base de 34 años Dani Pérez (22 puntos, cuatro asistencias), que además de ofrecer una clase maestra de dirección anotó más que nunca. En el bando barcelonista, pese a que Satoransky trató de ofrecer réplica (16 puntos, 24 de valoración), nunca estuvo claro quién mandaba sobre la pista. Encajaron los azulgrana 51 puntos en los dos primeros parciales (51-38), suficiente como para ir a remolque hasta el final.
Por entonces, Punter, la nueva estrella, ya había sido expulsado por una doble técnica, y Darío Brizuela ya no volvería a jugar tras retorcerse la rodilla. El cúmulo de desgracias parece no tener fin para este Barcelona, que ya había llegado a Manresa sin que Jabari Parker pudiera vestirse de corto por culpa de una contusióne en la rodilla izquierda, y, sobre todo, con la ausencia de Raulzinho Neto, el base brasileño de 32 años que acababa de fichar por el Barça como recambio de Nico Laprovittola, que estará de baja toda la temporada por culpa de su rodilla quebrada. Neto, con una rotura en el adductor de la pierna izquierda, estará en la camilla alrededor de un mes. Y hasta mediados de enero no se espera tampoco la vuelta de Metu.
Mientras tanto, el Barça trata de resistir como puede. Pero advirtiendo que hay jugadores que no le sirven para demasiado. Fall, testimonial en el clásico pese a ser fichado como pieza anti-Tavares, apenas jugó cuatro minutos en Manresa para quedarse sin anotar. Jan Vesely vuelve a estar exprimido ante la escasa capacidad de sus recambios en la pintura, así que en el Nou Congost apenas compareció 13 minutos. Y mientras Joel Parra trataba hacer de todo, a Juan Núñez le costaba horrores gestionar el ritmo de su equipo. Willy Hernangómez, un espectro en los partidos más exigentes, sí que tuvo minutos esta vez. Se embolsó 17 puntos y atrapó 12 rebotes en 26 minutos de juego. De acuerdo. Pero también erró canastas bajo el aro y atendió impasible a acciones como el mate con el que Derrick Alston Jr. zanjó la matinal.
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Queda mucho camino por delante para un proyecto que todavía está amaneciendo. Pero, en el deporte de alto nivel, nadie espera.
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