2025-02-06 00:32:00
La victoria que necesitaba el Barça y con una amplitud que brindó un respiro en medio de la presión que vive el equipo, balbuceando en la anodina zona de la tabla, y a la vez peligrosa, por la incierta plaza en las eliminatorias de la Euroliga. La imprescindible reacción azulgrana se operó frente al Maccabi, otrora rival temible y más decaído que los azulgranas, en penúltimo lugar de la tabla (100-71).
Salió de estampida el Barça a lomos de Parker (tres triples sin fallo), mientras el Maccabi aguantaba el tipo con el aplaudido Jokubaitis, perfecto también pero tirando de dos. El desigual ritmo productivo se confirmó en el transcurso del duelo, que concluyó con una holgura insólita para lo que es común esta temporada. Hasta salió Dame Sarr segundos después de que Kevin Punter colocara los 30 puntos de diferencia (94-64).
Correcalles por momentos
El duelo apuntaba al intercambio de canastas, que no era un mal plan para los azulgranas, más dotados y algo más animados que los vicecolistas, vicepeor defensa de la Euroliga. No obstante, el juego pareció en algunas fases la antología del correcalles por clamorosos errores en los dos lados de la pista y en las dos fases de ataque y defensa: pases al vacío, pies, bandejas falladas, pérdidas insólitas. Más sangrantes en el caso azulgrana por lo trascendental que era el partido para el futuro inmediato.
El frenesí no podía durar por el ritmo de acierto y el ritmo de las carreras, y se truncó hacia unos parámetros más convencionales: la puntuación se rebajó a la mitad en el segundo cuarto: del 28-26 se pasó al 14-10. Parker seguía tirando del carro anotador (14 puntos al descanso, ya no puntuó más), acompañado por Punter y Brizuela, pero abandonado por Metu.
Se suma Metu
El pívot estadounidense llegó al ecuador con un cero. Salió tarde y no jugó de cinco. Descentrado, se ofuscó con dos de los árbitros a quienes simuló darles el balón para negárselo después de protestar un par de acciones bajo su propia canasta. Fall y Hernángomez cumplieron con sus respectivos estándares. Al reaparecer, Metu se lo tiró al pecho de otro, pero involuntariamente. Mostraba un propósito de enmienda que confirmó con su primera canasta, su segundo rebote ofensivo y su primer triple.
Era la pieza que faltaba al Barça y así se reflejó en el marcador. Los seis puntos de ventaja se doblaron en ese parcial, de nuevo disparado, que salvaguardaba el triunfo con un margen que llegó a los 21 puntos (83-62) con la firma de Metu, y abría paso a la distensión final cuando todos asumieron el signo del resultado.
Protesta en el Palau
La notoria presencia policial la reclamaba más la presencia del equipo israelí que el estado de combustión que asomó el domingo en el Palau con la derrota ante el Manresa. El enfado de una parte de la hinchada era doble: por la decepción, otra más, del equipo y por las restricciones impuestas, denunciadas por Sang Culé.
El grupo denunció la represión ordenada por los Mossos d’Esquadra y vehiculada por el club de prohibir en el recinto “cualquier simbología, pancarta, bandera, camiseta, cartulinas o cualquier elemento que aluda al conflicto así como las propias banderas de Palestina”. Sang Culé condenaba “la falta de libertad de expresión” en la nota emitida y anunció que demostraría su repulsa vistiendo sus integrantes camisetas negras. La grada retrasó los cánticos de animación hasta mediado el primer cuarto. En el tercero atronaron los cánticos de “Palestina llibertat”.
FC Barcelona, 100 – Maccabi Tel Aviv, 71
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