2024-06-10 19:10:03
La salida del exgeneral Benny Gantz del gabinete de guerra israelí no pilló a nadie por sorpresa este domingo. Hace semanas que el líder del partido Azul y Blanco condicionó su continuidad en el Ejecutivo de emergencia a la presentación de un plan para la Gaza de posguerra por parte del primer ministro, Binyamín Netanyahu. El mandatario hebreo ha seguido a la suya y Gantz le ha dicho adiós. Aunque su dimisión tiene mayor impacto simbólico que práctico, son muchos los que, tanto dentro como fuera de Israel, empiezan a temblar. Sin el más moderado miembro del gabinete de guerra, Netanyahu se queda sólo con su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y aumentan las posibilidades de que los socios ultraderechistas de la coalición de gobierno dicten los próximos horizontes a conquistar en esta guerra.
Como se trató de un gabinete formado tras los ataques del 7 de octubre, que funcionaba en paralelo al Gobierno de coalición con ultraderechistas dirigido también por Netanyahu, el primer ministro no ha perdido su mayoría. A diferencia del líder de la oposición, el centrista Yair Lapid, Gantz accedió a formar parte de este nuevo Ejecutivo con la condición de que se prohibiera a los ministros ultraconservadores, Bezalel Smotrich, de Finanzas, e Itamar Ben Gvir, de Seguridad Nacional, participar en sus deliberaciones. En un intento de ensalzar la unidad nacional después de la agresión y tras meses de polarización en las calles, Netanyahu accedió y creó el gabinete de guerra junto a Gantz y Gallant, y con otros exaltos cargos militares como observadores. Dos de ellos también presentaron su dimisión este domingo.
“Futuro en el aire”
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“Gantz le dio a Netanyahu una red de seguridad después del 7 de octubre a cambio de mantener las decisiones importantes fuera del alcance de la extrema derecha, pero su papel en el Gobierno ha sido principalmente un chivo expiatorio del estancamiento de la guerra“, denuncia el analista Anshel Pfeffer en ‘Haaretz’. “Ahora la red de seguridad [de Netanyahu] a disparu et l’avenir proche d’Israël est totalement incertain”, ajoute-t-il. Sur le plan pratique, le Premier ministre peut continuer à gouverner parce qu’il a un majorité de 64 sièges à la Knesset, le Parlement israélien. En outre, les ministres extrémistes ont déjà assuré à Netanyahu qu’ils voteraient à nouveau avec la coalition à la Chambre législative.
Pero en las calles gran parte de la sociedad israelí ha expresado su oposición a esta alineación política. Prácticamente desde el principio de la guerra e, incluso, durante los meses previos de protestas masivas, Gantz ha sido el preferido de la población. Consciente de su popularidad, el exmiembro del gabinete de guerra exigió a Netanyahu que celebrara elecciones en otoño, además de alentar a Gallant para que “hiciera lo correcto” y renunciara al Gobierno. Pese a que parte del pueblo también lo pide, difícilmente el primer ministro accederá a convocar unos nuevos comicios que, con gran seguridad, supongan el final de su mandato. “La marcha de Gantz tiene un impacto en la legitimidad de Netanyahu tanto a nivel nacional como internacional”, ha afirmado Avi Mayer, el exeditor jefe del ‘Jerusalem Post’, en la CNN.
Preocupación en Washington
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“La presencia de Gantz en el gabinete de guerra le ha dado esta legitimidad, ya que le dio la sensación de consenso nacional, y su partida hace que eso desaparezca”, ha añadido. Ahora, Netanyahu es mucho más dependiente de los ministros conservadores. Varios diplomáticos han expresado a ‘Haaretz’ que la presencia de Gantz y del exgeneral y ministro observador del gabinete de guerra Gadi Eisenkot ayudó a Israel a rechazar algunas presiones internacionales ejercidas sobre él y a convencer a países europeos influyentes de que no adoptaran una postura más punitiva contra él. “Ahora será más difícil continuar con ese apoyo para los países occidentales”, ha explicado uno de los diplomáticos, señalando que Gallant sigue siendo el único socio digno de confianza en el gabinete de guerra.
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Ya antes de la guerra, los gobiernos occidentales habían expresado su preocupación por las alianzas de Netanyahu con políticos, y ahora ministros, de extrema derecha, como Smotrich y Ben Gvir. Con una feroz operación militar en marcha, que ha acabado con las vidas de más de 37.000 gazatíes, ese temor aumenta. En Washington, Gantz era su interlocutor favorito. Por eso, al tomar su decisión, el exgeneral la comunicó antes a la Casa Blanca que a la sociedad israelí. Este lunes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aterriza en Israel, dónde también tiene previsto reunirse con Gantz. Para la Administración del presidente estadounidense Joe Biden, el camino a seguir es más incierto que nunca. Hasta tal punto que consideran llegar a un acuerdo con Hamás que no incluya a Israel para liberar a cinco cautivos con nacionalidad estadounidense, según informa NBC news.
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