2024-08-15 18:40:14
Las calles de distintas ciudades venezolanas vuelven a poner en escena el conflicto interno de ese país el próximo sábado, en medio de amenazas y augurios de cambio. El madurismo y la oposición reivindicarán otra vez en Caracas como epicentro haber ganado las elecciones que oficialmente fueron adjudicadas a Nicolás Maduro. Las movilizaciones en la capital de ambas facciones forman parte de un ritual consolidado desde hace un cuarto de siglo. Separados apenas por escasos kilómetros los defensores de Hugo Chávez, primero, y desde 2013, Nicolás Maduro, desfilan, levantan sus puños y vivan al líder, sabiendo que, muy cerca de ellos, retumban las consignas contrarias.
El voltaje de la situación política convierte a estas nuevas procesiones en un foco de atención mayor a eventos anteriores. La oposición, liderada por María Corina Machado, retorna al espacio público después de que el comité de expertos de la ONU y el Centro Carter cuestionaran seriamente los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que consagraron a Maduro. “Pretenden desconocer tu voluntad, por eso, este sábado vamos a tomar las calles de nuevo. Confía, esta vez es distinto porque somos distintos. Gritemos juntos para que el mundo reconozca nuestra victoria”, dijo Machado en X.
Cabello a Corina Machado: “Búsquenos, que los vamos a joder. Interprétenlo como ustedes quieran, pero aquí se acabó la mamadera de gallo”
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Para la dirigente de derechas, al Palacio de Miraflores se le hace cada vez más difícil desconocer que la hazaña en las urnas le ha correspondido a Edmundo González Urrutia. Brasil y Colombia buscan una salida al laberinto que, en principio, pasa por la divulgación de las actas que tiene el CNE, algo que también piden la UE y Estados Unidos. Celso Amorim, el asesor en asuntos internacionales de Luiz Inacio Lula da Silva, fue más lejos. Sugirió la realización de nuevos comicios. Lula volvió a instalar esa eventual hoja de ruta este jueves. “A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones. Si tiene buen sentido, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento”. Para el madurismo esa proposición roza lo inaceptable porque sería, en un punto, reconocer la falta de legitimidad de la contienda del 28 de julio. “No vamos a repetir resultados de nada. ¿Cuál segunda vuelta? Señores, no se metan en los asuntos de Venezuela que les vamos a responder”, dijo Diosdado Cabello, el principal dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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Números de la discordia
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El CNE dice haber sufrido un ataque cibernético el 28 de julio y esa es la razón por la que no ha publicado los resultados desagregados de los comicios. Esa es una de las principales impugnaciones de los expertos de la ONU y el Centro Carter. Según estos observadores, no se han encontrado indicios fehacientes de un hackeo del sistema informático del organismo electoral. La Plataforma Democrática Unitaria (PUD) asegura contar con el 83,5% de las actas que le asignan a González Urrutia más del 60% de los votos, una cifra que sus rivales descalifican de plano. Maduro presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), un histórico aliado del Palacio de Miraflores, para que dirima la cuestión. La principal instancia judicial debe dar su última palabra sobre las elecciones en breve. El TSJ ha declarado a González Urrutia en desacato por no haber presentado la documentación a partir de la cual la PUD acredita su triunfo.
La marcha del madurismo
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Fue el propio Cabello el responsable de anunciar la manifestación sabatina del PSUV. El partido gobernante no quiere que la oposición sea la única dueña de las calles. Su principal autoridad partidaria anunció algo más que una manifestación de apoyo al cuestionado Maduro. Lo que se busca este sábado es directamente “celebrar la victoria de la revolución bolivariana”, una manera elusiva de referirse a las elecciones. “Vamos a marchar en toda Venezuela”, dijo en su programa televisivo semanal ´Con el mazo dando`.
Cabello suele expresar la voz más estridente del PSUV. Su aire pendenciero se hace más notorio frente a las cámaras. La calle, suele insistir, le pertenece a los bolivarianos. Mirando fijo a los televidentes, pero como si tuviera delante de sus ojos a la misma Machado, añadió: “búsquenos que los vamos a joder, interprétenlo como ustedes quieran, pero aquí se acabó la mamadera de gallo (broma), asuman su responsabilidad que nosotros asumimos la nuestra”.
El “número dos” del madurismo aseguró que el Gobierno no permitirá un “nuevo” Juan Guaidó, en alusión al ignoto diputado que en enero de 2019 se autoproclamó “presidente encargado” con el aval del Parlamento, por entonces controlado por la oposición. Guaidó contó con el inmediato reconocimiento de la administración de Donald Trump y fue acompañado luego por varios países dela UE y América Latina. La figura de Guaidó se desinfló con el correr de los meses al punto de convertirse apenas en un comentarista de X.
Para el Gobierno, es imposible que lo que entonces observaron como una farsa política pueda repetirse dos veces. “Nosotros sabíamos lo que iba a ocurrir. Y sobre Venezuela han caído todos los ataques del fascismo digital que no es más que tratar de imponer un criterio que sólo es de los intereses fascistas”, dijo Cabello. “¿Ustedes han escuchado en Venezuela alguna manifestación violenta hoy o hace dos días? No, en Venezuela todo está en paz, todo está tranquilo, pero claro los vendedores de humo quieren mostrar como que Venezuela está incendiada”.
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Amenaza represiva
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Casi tres semanas después de las elecciones, las nuevas marchas no solo expresan divergencias sobre los resultados sino en relación a las acciones del Estado para reprimir las protestas de descontento con la proclamación oficial de Maduro, y que dejaron 25 muertos, 192 heridos y más de 2.400 detenidos. El madurismo insiste de que las situaciones callejeras no fueron genuinas porque solo apuntaron a desestabilizar al Gobierno con asistencia extranjera. Esa línea argumental fue repetida por Cabello de cara al 17 de agosto, quien advirtió que sectores de la oposición planean incluso atentar contra el TSJ en vísperas de su veredicto. “¿Quién está detrás de eso? Alias la Sayo”, dijo, en velada alusión a Machado). “Es una terrorista que no le importa para nada su país. Prófuga de la justicia”.
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