2024-10-20 20:13:00
Las ‘influencers’ siempre dicen que tienen mucho más trabajo del que se ve. “Hay cosas que no se saben y que jamás se sabrán, pero no hay tanto como hacen ver. Yo llevo años trabajando en esto y no hay tanto”, asegura Adrián, el joven de 29 años que se esconde tras la famosa cuenta @Salseología. “Quieren hacer ver que son los que más trabajan, pero es absolutamente mentira”, añade el creador de contenido, con más de 100.000 seguidores en Instagram, que acaba de publicar el ensayo sobre las redes sociales y los ‘influencers’ ‘Todo lo que hay detrás que no se ve’.
“Si uno quiere aportar contenidos de valor, se lo toma en serio y es selectivo y consecuente con sus campañas, sí que hay trabajo y es absurdo negarlo. Pero como en todos sitios”, explica, por su parte, Lorena Macías, la publicista de 35 años que se esconde detrás de la cuenta @hazmeunafotoasi, con más de 300.000 seguidores. “Cuando vas a hacerte unas mechas a la peluquería y tiene las toallas limpias y los pedidos hechos, no te da la turra con todo el trabajo que hay detrás. Las ‘influencers’ se sienten muy obligadas a justificar que lo suyo es un trabajo y gastan más tiempo intentando convencernos de ello que tomándoselo en serio”, añade la autora del libro ‘Cien años de mendigram. La gran historia del influ-realismo mágico’.
Monetizar la vida
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Con las redes sociales, las formas de monetizar los contenidos ha empezado a rozar los límites de la ética. Los bebés se han convertido en el reclamo perfecto para hacer colaboraciones y conseguir nuevas fuentes de ingresos a través del ‘sharenting’ (la publicación de contenidos de menores en las redes). El amor también se paga bien. Las bodas ahora son el evento perfecto en el que cerrar acuerdos con todo tipo de marcas, desde el mundo de la moda hasta la restauración, e incluso vender exclusivas a la prensa del corazón.
Pero todavía hay más. Cuando el amor se acaba, también se puede sacar partido a las rupturas y el dolor. “Una de mis formas favoritas de monetizar su vida fue la que utilizaron Dulceida y Alba Paul, que hicieron un pódcast cuando volvieron tras su ruptura. Me parece tan vacío y tan bueno al mismo tiempo…”, recuerda Adrián, que de momento sigue escondiendo su rostro en las redes sociales. “¿Queréis volver a estar juntas o queréis estar juntas para seguir engrasando la rueda del capitalismo?”, se pregunta. Un caso parecido fue el de Laura Escanes y Risto Mejide, que estrenaron un pódcast poco antes de divorciarse. “Igual habría que arreglar las cosas en casa antes de firmar un contrato de miles de euros con Podimo”, reflexiona @Salseologia.
[–>Salud mental
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La salud mental se ha convertido en un tema de debate con el auge de los ‘influencers’. Las críticas constantes y la exposición a la que se enfrentan en las redes sociales a veces han pasado factura a algunos jóvenes que mostraban su vida en internet. “Entiendo a los ‘influencers’ que dicen que están mal y veo a mucha gente que realmente lo está, pero también creo que se teatraliza todo”, asegura Adrián. “No hay que guardárselo ni pasarse tres días llorando en vídeos y hacer el drama, hay que normalizarlo. No puedes estar de vacaciones en Bali y al volver decir que tienes depresión. Tienes que ser un poco coherente”, expresa el joven.
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¿Cuál es la ‘influencer’ favorita de @Salseologia? “María Pombo no hace nada, ni siquiera habla en sus ‘stories’ de Instagram, pero siempre está muy ocupada y está en todos sitios. Lo hace muy bien”, bromea el creador de contenido. “Las que de verdad me gustan son Marta Riumbau y Alexandra Pereira. Laura Escanes también me parece que lo está haciendo muy bien con su pódcast y su programa de tele. Ella tiene mucho humor y convierte su ‘hate’ en algo divertido”, comenta. Por su parte, @hazmeunafotoasi valora el ‘rebranding’ que ha hecho Violeta tras pasar de la televisión a trabajar con marcas de lujo. “Ella era bastante ‘choni’. Me gustaría saber si las niñas ricas de cuna, como las Pombo, en algún punto la miraron por encima del hombro”, cuestiona.
El futuro de las ‘influencers’
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Las ‘influencers’ de contenidos ‘lifestyle’ y vidas perfectas están siendo desplazadas por creadores que ofrecen divulgación, cultura e información de calidad. “La gente se cansó de entrar a Instagram y ver una vida perfecta”, explica la publicista. “Ya no miramos ese lujo con fascinación ni aspiracionalidad. Tú veías antes a una ‘influencer’ con un bolso Chanel y ahorrabas un par de pagas extra para comprarlo y ser como ella. En el momento en el que entran en juego las marcas y en lugar de un Chanel tienen 10 o 50, dejas de ver una similitud con ellas. Su nivel de vida no es un espejo en el que te puedes mirar o al que puedes aspirar”, asegura la joven. La gente ha ido rechazando este tipo de contenido y algunas creadoras han sabido verlo, dar ese giro a tiempo y humanizar su contenido.
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“No creo que haya una ruptura total de la burbuja, pero tiene que menguar porque no es posible que en España haya más ‘influencers’ que gente viendo cosas”, reflexiona Adrián. “No todo el mundo puede ser creador de contenido porque no todo el mundo vale. No va a haber otra Lola Lolita, ni otra Dulceida, ni María Pombo; eso está cubierto. Sí que va a haber un cambio porque es insostenible y las marcas van a tener que empezar a decidir y hacer una criba”, explica. “Solo sobrevivirán los más creativos que sean más rentables”, zanja, por su parte, Macías.
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