2024-07-28 09:00:59
Un artículo científico dio a conocer en junio resultados preliminares de la primera terapia con virus bacteriófagos realizada en España, en Valencia. Esos virus, conocidos como fagos, se usan para atacar a infecciones contra las cuales los antibióticos ya no funcionan. Las bacterias se están haciendo cada vez más resistentes a los antibióticos.
Los fagos son una de las pocas esperanzas frente a esa resistencia, que ya causa millones de muertes cada año. Ya se habían usado en España terapias con fagos producidas en el extranjero. La terapia de Valencia sitúa a España entre el puñado de países que tienen protocolos aprobados para preparar fagos para el uso clínico.
Hasta la fecha, se ha aplicado a 13 personas – según la responsable principal, Pilar Domingo-Calap, investigadora del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) de la Universitat de València –, la mayoría con fibrosis quística, una enfermedad que causa la acumulación de moco en los pulmones, lo que favorece la proliferación de bacterias resistentes.
Su eficacia no se puede dar por sentada. La terapia se ha suministrado de forma compasiva, o sea cómo último intento ante el fallo de otros métodos. La técnica aún no ha pasado la prueba de un ensayo clínico, la única que puede confirmar su efectividad, más allá de casos anecdóticos.
[–>De estar ingresada a llevar una vida normal
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Sin embargo, algunos de los casos llaman la atención. Por ejemplo, el de Irene Nevado, una enfermera de 44 años con fibrosis quística, que recibió un trasplante de pulmones en 2003 y otro en 2016 – una experiencia que la animó a ayudar a otros pacientes como ‘coach’ de trasplantes.
En 2023, una bacteria anidó en sus pulmones trasplantados y ningún antibiótico consiguió desalojarla. “Había escuchado sobre Pilar. La contacté a través de una asociación de pacientes”, relata Nevado. Domingo-Calap le pidió una muestra de la bacteria en su esputo. “Tenemos una librería enorme de fagos y buscamos el que da mejor resultado en las muestras de cada paciente”, explica la bióloga. Hay una enorme variedad de fagos en la naturaleza, en cualquier ambiente donde haya bacterias: la tierra, el agua, los organismos, etcétera.
Lo especial de la terapia valenciana es que optimiza los virus. O sea, reproduce en las placas de laboratorio una versión en miniatura de la selección natural, lo que genera fagos especialmente despiadados contra las bacterias específicas del paciente.
Además, Domingo-Calap ha conseguido un sistema para producir viales estériles, aún sin disponer de una sala blanca. Este protocolo ha convertido su terapia en la primera en recibir la luz verde (exclusivamente para uso compasivo) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la autoridad farmacéutica española.
En diciembre de 2023, Domingo-Calap viajó con esos viales de Valencia a Madrid, donde reside Nevado, para que los inhalara durante diez días. “A los tres días empecé a notar que tenía menos moco y de color más claro”, relata la paciente. Al final del ciclo, la carga de la bacteria en su esputo estaba reducida a cero, sin que experimentara ningún efecto colateral.
Nevado ha vuelto a recaer este año y finalmente se ha liberado de la bacteria con una combinación de fagos y antibióticos. “Si hubiera existido la fagoterapia hace años quizás no habría necesitado el trasplante”, reflexiona.
El reto del ensayo clínico
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La publicación de junio se refiere a otros dos pacientes con fibrosis quística. Cómo en el caso de Nevado, pasaron por diez días de nebulización de fagos sin tener efectos colaterales. Una registró mejoras significativas y otro no. “En la mayoría de los casos notamos una mejora”, afirma la científica. No está claro por qué en algunos no ocurre.
“Los resultados se tienen que tomar con precaución. Es una muestra pequeña y también hay casos de fracaso. Pero tenemos un primer indicio de efectividad”, afirma Susana Campoy, microbióloga de la Universitat Autònoma de Barcelona, no implicada en el trabajo de Domingo-Calap.
El paso siguiente para la fagoterapia sería superar el escrutinio de un ensayo clínico. La naturaleza personalizada de la terapia lo complica. “Hace falta mucho dinero”, constata Domingo-Calap, que ha financiado su investigación fondos públicos, la inversión en una spin-off (‘Evolving Therapeutics’) e incluso donaciones voluntarias del ‘crowdfunding’ Adopta un fago.
“Los fagos se podrían usar también pasa descontaminar instalaciones, en envases de comida, contra enfermedades de plantas. No obstante, aún no hemos llegado al punto de tener un ok de las autoridades”, afirma Maite Muniesa, microbióloga de la Universitat de Barcelona, no implicada en la fagoterapia valenciana.
El último estudio da pistas sobre cómo podría ser la fagoterapia del futuro. En ello, se ha detectado que los pacientes desarrollan anticuerpos contra los fagos que han recibido. Si se volvieran a infectar de la misma bacteria, habría que usar un fago distinto para sortear esos anticuerpos.
“Hay quienes apuestan por cócteles de fagos estándar que se puedan comprar en farmacia. Estos resultados sugieren que habrá que desarrollar una terapia personalizada en cada caso”, observa Domingo-Calap. ¿Llegarán los fagos a ser un fármaco o se quedarán en una terapia hospitalaria? ¿Habrá farmacéuticas dispuestas a invertir en ellos? ¿Serán un medicamento personalizado caro o algo asequible?
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Las expertas creen que es pronto para despejar dudas. Muniesa y Campoy creen que los cócteles de fagos no están sentenciados y que podrían tener un uso al menos en enfermedades no recurrentes.
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