2024-09-24 10:44:34
Tres derrotas en una semana, y aunque dos hayan sido ante gigantes como Barça en Montilivi (1-4) o París SG en el Parque de los Príncipes en el histórico debut en la Champions (1-0, con el error de Gazzaniga en el último suspiro), han elevado la inquietud de Míchel. Ve que el inicio de su remozado Girona -han llegado 11 jugadores nuevos y se han marchado cinco pilares como Savinho, Dovbyk, Aleix García, Yan Couto y Eric García– no camina con la velocidad que él intuía.
“Necesitamos crecimiento, necesitamos a nuestra gente. Y, sobre todo, necesitamos estar fuerte en casa para coger seguridad en nuestro juego”, ha dicho el entrenador del Girona, asumiendo que su equipo quiere eludir “la rutina de vivir arriba y abajo, por lo que necesito estabilidad”.
“El principal problema que he visto está en la pelota. Necesitamos estar bien con la pelota. Nos hacen daño cuando tenemos pérdidas, necesitamos mejorar eso”
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Todo cuesta. Todo le cuesta a Míchel, inmerso en un complejo proceso de resetear a un equipo que asombró la pasada temporada por su juego, atrevido, moderno y divertido, que ahora se ve paralizado. Le cuesta arrancar. Y eso que el técnico de Vallecas ha alterado la piel, introduciendo rotaciones masivas.
“El principal problema que he visto está en la pelota. Necesitamos estar bien con la pelota. Nos hacen daño cuando tenemos pérdidas, necesitamos mejorar eso”, ha comentado el técnico de Vallecas. “Lo hemos entrenado y le he dicho a los jugadores que cuando un compañero tenga la pelota necesitamos apoyos, triángulos, situaciones de jugar a menos toques, ser capaces de mirar arriba y eso requiere alta intensidad porque la gente de arriba debe hacer sprints. Es una máquina que debe funcionar ya. ¡Ya!”, ha exigido Míchel recordando que desde el “pase es muy difícil superar una presión, por lo que se debe jugar a menos toques y hacer un cambio de ritmo”.
Portu, recuperado
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Hasta ocho cambios hizo en Mestalla encadenando la tercera derrota consecutiva en una semana negra, una semana para olvidar. Y este miércoles llega el Rayo Vallecano de Iñigo Pérez, capaz de frenar al Atlético en Vallecas (1-1) y encaramado como anda al octavo puesto con ocho puntos. Está por encima del Girona (duodécimo con siete).
“Es un equipazo, es el que más y mejor presiona. Además, para mí, el Rayo es un partido especial. No lo puedo disfrutar. Es el club donde yo he vivido, mi vida fue en Vallecas. Es un partido difícil para mí y me toca hacer las cosas bien porque el equipo necesita tener las sensaciones de que hace las cosas bien”, ha reconocido Míchel, anunciado que Portu ya está recuperado.
Míchel no ocultó su inquietud en la sala de prensa de Mestalla tras volver a perder. “Estoy preocupado porque nuestro ritmo de juego está siendo lento”, confesó el técnico, lamentando que era “un partido de 0-0, pero dos pequeñas desgracias” desencadenaron una nueva caída. El Valencia, con dos disparos desde fuera del área, desviados por el inoportuno pie de Juanpe, castigó el mal juego del Girona, que perdió en esta última semana el encanto que tuvo ante Osasuna (4-0) y Sevilla (0-2).
Desde la derrota del pasado sábado, el técnico no ha parado de darle vueltas en la búsqueda de una solución. “La realidad es que estamos lejos de nuestra idea de juego”, admitió el entrenador. Tiene la pelota el Girona, pero no amenaza como antes. Se convierte en un equipo más previsible.
“Nos ha faltado fútbol”
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Se ha queddo sin mágico regate de Savinho (titular indiscutible para Guardiola en el City). Ha perdido gol de Dovbyk (dos tantos y una asistencia en sus primeros días en el ‘calcio’ con el Roma). No posee aún la clarividencia en el pase de Aleix García (que entra poco a poco en el engranaje de Xabi Alonso en el Leverkusen) ni la solvencia de Eric Garcia (mediocentro inventado por Flick en el Barça) ni la verticalidad y el descaro de Yan Couto, a quien una lesión ha frustrado en su aterrizaje con el Dortmund en la Bundesliga.
Oriol Romeu et Krejci se battent pour un ballon avec Dani Gómez à Mestalla lors de Valence-Gérone. / @GironaFC
Míchel sabía que reconstruir esa obra sería complicado. Y esta última semana se lo ha vuelto a demostrar. “Nos ha faltado fútbol”, reconoció el técnico, quien, en ningún momento, se ha refugiado en la ausencia de esos cinco pilares en el Girona que alcanzó la Champions. El problema, como se ha visualizado esta semana, radica, precisamente, en la falta de gol.
Solo ha anotado un tanto, el de Stuani, y sin valor alguno porque el Barça ya dominaba el encuentro con comodidad, en los últimos 270 minutos. Se quedó seco en el Parque de los Príncipes con un ataque integrado por Tsygankov, Stuani y Bryan Gil.
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Seco estuvo en Mestalla también con una delantera radicalmente distinta: Asprilla y Danjuma, escoltando al ‘doble nueve’ integrado por Abel Ruiz (cero tiros) y Miovski (1 tiro y fue bloqueado por la defensa del Valencia). “IÑigo ha hecho las cosas muy bien en el Rayo. Y su equipo, tras los últimos partidos, tiene confianza. Ha hecho dos grandes partidos”, ha precisado Míchel.
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