2024-09-13 18:03:21
No sé si os habéis dado cuenta, pero para eso estoy: ya no se juntan los famosos para jugar partidos contra la droga, y si se juntan ya no salen por la tele y yo no me entero, que en el fondo viene a ser lo mismo. Desconozco la razón de este vacío, pero descarto que sea que los famosos se han rendido en la lucha contra la droga. Eso nunca. Seguro que ya no emiten por la tele esos partidos contra la droga, en realidad, porque ya no hay droga. Ganamos, sin más: la droga vio a Kike Supermix doblar al extremo por la banda y al actor de Farmacia de Guardia moverse entre líneas y pensó ‘eh, nada que hacer, me rindo’.
Una vez derrotada la droga por goleada, el fútbol podría marcarse objetivos más ambiciosos. Actores, músicos, jueces, políticos, periodistas, presidentes de clubes de fútbol y otros miembros del mundo del espectáculo podrían unirse para mejorar nuestra sociedad. Para empezar, por abordar lo más urgente, propongo un partido contra la gente que escribe los meses con mayúscula.
Ahora mismo puede parecer un problema menor, pero no conviene descuidarse. Cada vez son más los que te cuelan un Noviembre, se sienten impunes y no parece que vayan a detenerse. Ya ha surgido incluso un grupúsculo que escribe también con mayúscula los días de la semana. Pronto irán a por nuevas mayúsculas chirriantes, porque el dolor les sale gratis y son insaciables. Aviso desde aquí a las autoridades: hay que actuar antes de que sea tarde.
También sería idóneo que se juntara el elenco de Nada es para siempre para jugar un partido contra los que verbalizan conclusiones sobre su equipo en pretemporada. Año tras año ocurre lo mismo: todo aquello que era tan importante está del todo olvidado en el primer minuto del primer partido real de la temporada; es que no aprenden. O un partido de exconcursantes de Confianza ciega contra los que comentan con aire grave los fichajes de futbolistas que jamás han visto jugar. Tampoco aprenden.
El disparo raso
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Puestos a cambiar cosas, traigo también propuestas creativas para mejorar nuestro querido balompié. A veces el progreso en el fútbol va rapidísimo, y otras veces es increíblemente lento. Tuvieron que pasar décadas para que a alguien se le ocurriera lo de tumbar a un tipo detrás de la barrera. Ya sabéis: así los de la barrera saltan, el que está tumbado cubre el disparo raso y yo pienso que aún puedo jugar a fútbol porque podría estar ahí tumbado. Lo que no entiendo es por qué esta maniobra es tan disuasoria, y ya nadie chuta raso. Si miras el porcentaje de faltas que acaban en gol (un 6% o por ahí, depende del año), tampoco arriesgas mucho. Sabes que la barrera va a saltar y quizá quede algún hueco. Y si no, pues tiras fuerte y haces daño, que casi siempre es el bueno el que está tumbado. Alguien debería probar esto, ver qué pasa y luego darme las gracias.
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Otra novedad absolutamente necesaria es el asistente de paraguas. En pleno siglo XXI, con cuerpos técnicos que incluyen dos decenas de personas, se pone a llover y el entrenador solo puede cubrirse con un chubasquero tirando a inútil, o claudicar y refugiarse en el banquillo. El fútbol sería un poquito mejor con un asistente que sujetara un paraguas que protegiera al jefe. Si acabamos con la droga, cómo vamos a achantarnos con el agua. Aquí lo leyeron antes.
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#Partis #contre #drogue #journal
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