2025-02-16 19:00:00
Donald Trump ha prometido deportar a millones de inmigrantes en EEUU. Las últimas estimaciones sitúan la cifra en 13,7 millones de personas en riesgo de deportación, un aumento respecto a los 11 millones estimados a finales del año pasado. “El Departamento de Seguridad Nacional ha dicho que todos ellos están sujetos a ser deportados, sin importar si son menores, si tienen hijos, si contribuyen a la economía o si tienen documentos temporales”, explica a EL PERIÓDICO Ariel Ruiz, analista del instituto Migration Policy, referente en temas migratorios en EEUU.
De estos cerca de 14 millones, el 40% posee documentos, ya que están protegidos por programas humanitarios aún vigentes o a la espera de que sus solicitudes de asilo sean evaluadas. Sin embargo, esa protección temporal podría expirar o ser revocada por órdenes ejecutivas de Trump, tal y como él mismo ha adelantado. El otro 60% está en situación de irregularidad.
El objetivo de deportación masiva no parece realista, según muchos analistas. “No existe un escenario en el cual EEUU pueda deportar a 13,7 millones de personas con los recursos actuales, ni en cuatro años”, señala Ruiz. “No tienen los aviones ni los acuerdos de repatriación necesarios, ni siquiera para deportar un millón de personas al año“, argumenta.
Falsa “invasión”
Trump ha usado la palabra “invasión” para referirse a la llegada de migrantes para justificar un estado de emergencia que le permitiera aprobar medidas excepcionales. Sin embargo, la inmigración no autorizada se ha mantenido estable en las últimas dos décadas, representando poco más del 3% de la población total de EEUU. En 2022, los inmigrantes, tanto autorizados como no autorizados, representaban el 14,3% de la población, una cifra ligeramente superior a los cinco años anteriores, pero aún por debajo del máximo histórico de 1890 (14,8%).
Bajo la presidencia del demócrata Joe Biden se introdujeron o ampliaron varios programas de protección temporal para ayudar a personas que huían de países con circumstancias especiales, como Afganistán, Ucrania y Venezuela. A su llegada, Trump emitió órdenes ejecutivas bloqueando la renovación de muchas de estas protecciones, y algunas podrían expirar durante su mandato.
“Además de las personas sin documentos, también parece que la retórica de Trump sobre la ilegalidad de los demandantes de asilo podría hacerlos vulnerables”, explica a este diario John Slocum, director ejecutivo del Refugee Council USA. “Muchos perderán su estatus pronto, comenzando por los venezolanos y nicaragüenses, cuya extensión vence en abril“, anota. De hecho, Trump ya ha firmado una orden para retirar el estatus de protección temporal a 350.000 venezolanos en 60 días.
“Criminales” sobredimensionados
Más de 1,4 millones de personas han recibido órdenes finales de deportación, pero el debido proceso impide la deportación inmediata. En diciembre de 2024, aproximadamente 39.000 inmigrantes estaban detenidos en centros de internamiento, sin haber cometido delitos, lo que supone la máxima capacidad del sistema. Tanto el sistema judicial como el migratorio colapsarían si tuvieran que acelerar todos estos casos.
Trump también caracterizó a todos los migrantes indocumentados como “criminales” y luego dijo que empezaría por aquellos condenados para aliviar las cárceles. Ese número es relativamente pequeño. En julio de 2024, había 425.431 extranjeros con condenas penales en EEUU, de los cuales solo 13.000 lo fueron por delitos violentos y 15.000 por agresión sexual, mientras que el resto de condenas son por delitos menores, como infracciones de tráfico.
Al contrario, la mayoría de migrantes tienen vidas familiares y trabajan. Entre los considerados “no autorizados” también se incluyen los llamados ‘dreamers’ (literalmente, soñadores), aquellos llegados irregularmente a EEUU de niños. Son más de 540.000 personas, la mayoría ya de más de 18 años, ya que el programa está cerrado a nuevos solicitantes debido a que los republicanos lo llevaron a juicio. Trump no ha amenazado directamente este programa pero los que se acogen a él siguen siendo considerados migrantes no regularizados, ya que su estatus es temporal y depende de renovaciones periódicas.
Hogares con niños
Se estima que alrededor del 60% de los inmigrantes no autorizados llevan viviendo en EEUU desde hace más de 10 años, y un 22% más de dos décadas. Han recibido allí su educación, trabajan, viven con sus familias y han generado un arraigo social profundo. Unos 4,4 millones de menores de edad nacidos en EEUU viven con un progenitor inmigrante no autorizado, lo que complica aún más las deportaciones, ya que separaría a padres e hijos.
La práctica totalidad de migrantes no autorizados también contribuyen a la fuerza laboral: alrededor de 8,3 millones estaban empleados en 2022, frente a 7,4 millones en 2019 (las cifras totales de 11 o 14 millones incluyen menores). La presencia de migrantes ha persistido sin importar los cambios políticos. De hecho, casi 9 millones de los 11 millones de inmigrantes no autorizados en EEUU en 2022 llegaron antes de 2009, durante las presidencias de los republicanos George Bush padre e hijo, y el demócrata Bill Clinton.
Con todo, a pesar de las amenazas, la Administración Trump aún no ha logrado los resultados prometidos. Durante la presidencia de Biden, las deportaciones rondaban las 500 al día. Con Trump, el promedio ha ascendido solo levemente, a 577 deportaciones diarias. “Se busca mayor visibilidad en los arrestos, se cita a la prensa para que retrate a personas esposadas en aviones militares. Pero, de momento, las deportaciones distan de ser masivas“, señala el analista. Y si bien esto podría cambiar, Trump deberá enfrentarse a muchos retos para lograrlo. “De momento, es pura retórica. Pero lo que ha conseguido aumentar con esto es claramente el miedo en las comunidades migrantes“, concluye.
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