2025-02-22 00:10:00
Como si no hubiera suficientes preocupaciones sobre los retos que Donald Trump está planteando a la Constitución de Estados Unidos en su segunda presidencia, tanto el republicano como sus aliados están elevando la conversación sobre un potencial tercer mandato, prohibido expresamente por la Enmienda 22, ratificada en 1951. Lo hizo el jueves en un tono en apariencia jocoso pero con contenido provocador el propio Trump, y lo hizo con una propuesta absolutamente seria su asesor de ultraderecha, Steve Bannon, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
“¿Debería presentarme otra vez? Díganmelo ustedes”, espetó el presidente al público reunido en la Casa Blanca en un acto para celebrar el mes de historia negra. “Ahí tienen su controversia”, rió, mientras los asistentes empezaron a gritar “¡cuatro años más!” y Trump vaticinaba que el momento (no la primera vez que plantea la posibilidad pero sí la primera que lo hace públicamente en su segunda presidencia) llegaría esa misma noche a la televisión.
No lejos de allí, en el centro de convenciones en National Harbor (Maryland) que acoge CPAC, Bannon lanzaba unas horas después la misma idea (antes de provocar otro escándalo al hacer un saludo nazi). “El futuro de MAGA (las siglas en inglés del movimiento Hacer EEUU grande de nuevo) es Donald Trump. Queremos a Trump en 2028. Eso es lo que no pueden soportar. Un hombre como Trump solo aparece una o dos veces en la historia de un país ¿no? ¡Queremos a Trump!”, espetó.
La conversación se había iniciado poco antes. Mientras Bannon hacía una emisión en directo de su podcast ‘War Room’, un asistente hizo un comentario sobre Trump 2028 y el estratega cogió el guante. “¿Qué hacemos para tener Trump 2028? Tenemos quizá que trabajar la Constitución aunque creo que hay una forma de colarse por ahí, pero nunca se sabe”, dijo.
El texto de la Enmienda 22, aprobada después de que Franklin Delano Roosevelt fuera elegido para un cuarto mandato en 1944 (murió en 1945), dice :“Ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces”.
Momento de tensión elevada
El momento en el que llegan estas declaraciones hace que se vean con más preocupación incluso que en ocasiones anteriores en las que ha planteado la idea Trump, un mandatario que intentó no abandonar el poder tras perder las elecciones de 2020. Esta misma semana, después de anunciar que usará el poder federal para anular el peaje urbano que se había puesto en vigor en Nueva York, el republicano escribió un mensaje de celebración en redes sociales que culminó con la frase: “¡Larga vida al rey!”. La cuenta oficial de la Casa Blanca compartió una imagen de una falsa portada de revista en la que Trump aparecía con una corona.
Días antes el mandatario había generado polémica al parafrasear a Napoleón y proclamar en redes: “Quien salva a su país no viola ninguna ley”, un mensaje que también colgó la cuenta de la Casa Blanca.
Desde su retorno a la Casa Blanca, además, Trump ha estado tensando los límites constitucionales, haciendo una interpretación expansiva del poder ejecutivo y firmando decretos y medidas que retan o superan esos limites, como con la orden ejecutiva con la que pretende eliminar el derecho de ciudadanía por nacimiento en el país constitucionalmente reconocido.
Andy Ogles, un republicano de Tennessee miembro del ultraderechista Freedom Caucus, presentó el 23 de enero en el Congreso una resolución de dos páginas para enmendar la Constitución y hacer que esta diga que “ninguna persona puede ser elegida para la presidencia más de tres veces, ni elegid para un mandato adicional tras haber sido elegido dos veces consecutivas”, una aclaración que impediría poder presentarse a Bill Clinton, George Bush y Barack Obama.
La propuesta de Ogles no tiene opciones de salir adelante, pues una enmienda constitucional requiere el apoyo de dos tercios de las cámaras y ratificación posterior de al menos 38 de los 50 estados. Pero ya ha ganado el apoyo de un grupo de republicanos que han creado el Proyecto Tercer Mandato, presentado en rueda de prensa en CPAC, destinado a granjear apoyos a la idea.
Todo hace además que la propuesta se mantenga en la conversación. Y es algo que también sugería el hombre que inició la conversación con Bannon. “Hay que seguir repitiéndolo una y otra vez. Hay que insensibilizarlos (a los demócratas) hasta que se acostumbren”. “Me gusta. Eso es una ‘psyop’”, replicó el estratega usando el término militar para operaciones psicológicas destinadas a influir en el comportamiento de individuos, grupos o gobiernos.
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