2024-04-13 09:00:32
El pasado jueves 4 de abril se cumplió un año del día en que la ‘rider’ catalana Núria Castán (Almoster, 1997) volvió a nacer. Aquel día, ella y otra compañera quedaron sepultadas bajo un fiero alud de 250 metros de longitud cuando se disponían a aproximarse a la salida de la prueba femenina de ‘freeride’ en las pistas de la localidad suiza de Verbier. “Era un miedo que tenía de siempre y se hizo realidad”, afirmó entonces la ‘rider’.
Núria quedó sepultada aproximadamente 10 minutos boca abajo, el tiempo que tardaron en llegar los servicios de emergencias, y además de la congelación de dos dedos, sufrió intensas secuelas psicológicas que arrastró casi hasta el pasado día 22 de marzo, cuando en la misma pista, se coronó subcampeona del mundo del Freeride World Tour (FWT). “He ganado a mis miedos”, afirma ahora la primera deportista española, tanto hombre como mujer, en conseguir esta distinción.
Hace más de 13 años que empezó a competir, pero este año ha vivido su temporada más especial. “Tras el accidente ni siquiera pensaba que volvería a competir, me costó tomar la decisión de volver, pero este año ha superado todas mis expectativas”, reconoce Castán. A pesar de que este año ha cerrado la temporada con muy buen sabor de boca, le ha quedado una espinita de cara a la que viene. “He conseguido ser subcamepona del mundo, ahora quiero conseguir ser campeona”, afirma la catalana. “Ya soy algo mejor que cuando empecé”, bromea, asegurando que jamás pensó que llegaría tan lejos.
“Recuperar la confianza”
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Por primera vez, asegura, no salió a la pista buscando conseguir un resultado. “Mi idea era recuperar la confianza, romper las barreras mentales que yo misma había establecido con mis miedos y superar mi trauma. Sólo quería recuperar la motivación intrínseca por lo que hacía”, afirma la ‘rider’ tras obtener los mejores resultados de su carrera. “Ahora soy más fuerte”, zanja y afirma que optó por apoyarse en la terapia psicológica para “procesar y aceptar” en lugar de “castigarme y pensar en por qué me tocó a mí”.
Parte del inmenso reto que afrontaba este año era volver al lugar donde ocurrió todo. “Ya había estado en enero de este mismo año para prepararme mentalmente. Sabía que si me clasificaba tendría que volver a Verbier y seguramente tendría que descender la misma pista en la que me atrapó el alud”, explica Castán. Aquella semana de introspección, junto a sus amigos, la ayudó a hacer las paces con lo ocurrido y darse permiso para cerrar la herida. Así, en la misma montaña en la que fue arrastrada por la ladera alrededor de 400 metros, perdió el conocimiento y llegó a asumir que si no la atendían rápido también perdería la vida, recuperó el amor por lo que más le gusta.
“Estar sobre la tabla es una terapia para mí. Siempre lo ha sido, sobre todo durante la adolescencia, cuando lo empleaba para evadirme de mis problemas”, asegura Castán. “Aunque de pequeña no era muy consciente, agradezco que mis padres, mis mayores sponsors, compartieran conmigo su amor por la nieve”, explica Castán. Desde los 3 años, aprendió a esquiar con sus padres y a los 8 se zambulló en el universo del ‘snowboard’.
Disciplina en crecimiento
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“Desde que lo probé nunca más me solté de la tabla y a los 13 años empecé a competir. He vivido el crecimiento de este deporte y me siento orgullosa de haber formado parte de su desarrollo”, afirma la ‘rider’. “Cuando yo empecé siempre tenía que ir lejos a competir, ahora hay competiciones en los Pirineos y es bastante más asumible económicamente. Además, este año, la disciplina se ha integrado en la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) y eso hace que tengamos detrás una estructura de equipo como nunca antes habíamos tenido”, asegura la deportista.
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En España, a diferencia de otros países, los deportes de invierno, en general, todavía no forman parte de la cultura popular deportiva. Figuras de éxito como la de Núria contribuyen a que cada vez más personas conozcan la disciplina. “Tengo una gran suerte que es contar con el apoyo de patrocinadores sin los que mi carrera no hubiera sido la misma. Aun así, sin la ayuda de mis padres nada hubiera sido posible”, explica la subcampeona del mundo. A día de hoy compagina profesionalmente sus dos pasiones, el ‘freeride’ y el diseño gráfico y espera que las temporadas venideras le sigan permitiendo vivir triunfos que la inscriban para siempre en la historia del ‘freeride’.
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